—Y bien, ¿puedo saber por qué estamos bebiendo champán a las dos de la tarde en una heladería? —pregunté, mirando con curiosidad a mi mejor amiga y a su novio, Paul, ambos frente a mí. Era casi gracioso ver a un hombre como Paul sentarse en una heladería con temática de los años ochenta, su traje n***o y costoso, sus ojos siempre vigilante y el aura de hombre peligroso que parecía tener loca a la mitad de mujeres del lugar. Carrie y él habían resuelto sus diferencias, así que su relación iba viento en popa. Sin embargo, me sorprendida que lo hubiese invitado hoy, era nuestra reunión de solo chicas semanal. Entre nuestros trabajos y nuestras relaciones amorosas, pasábamos demasiado tiempo distanciadas, así que acordamos encontrarnos todos los sábados y hacer algo juntas. Hoy había tocad

