era un martes por la noche acostumbrabamos a ir a casa de los padres de mi mamá y regresar a casa ya muy tarde
ese día no fue la esepción, toda la tarde después de el trabajo de mi papá nos fuimos con mis abuelos y después de las 11 de la noche nos despedimos y regresamos a casa, no están muy lejos de la mía así que caminábamos por las aparentemente tranquilas calles de mi pueblo yo como siempre, detrás de ellos y ellos iban platicando de lo que les pareció la visita a los abuelos, era una noche silencia y con viento
estábamos a cinco minutos de mi casa, para llegar hay que caminar por una curvo un tanto prolongada, frente a casa un monte con una fábrica abandonada, siempre que salía la luna llena aquel paisaje se tornaba algo misterioso podría decir que algo aterrador pero por alguna extraña razón me gustaba
esa noche yo iba con la cara agacha mirando por dónde caminaba ya que en esos tiempos no había mucha iluminación
algo extraño hizo que levantará mi cara y si lo ví una especie de bruma o nube de forma humanoide como de un niño corriendo por aquella barda, se le veían perfectamente bien sus manos y pies algo característico es que apesar que tenía un tono blanquesino se transparentaba se lograba distinguir lo que había detrás de él, me quedé helada y sin habla mi papá se dió cuenta y me preguntó que fue lo que vi, yo no pude decir nada hasta que llegamos a la luz, supongo que el para tranquilizarme me dijo que era un gato ya que la barda está desgastada nadie podría pararse en ella mucho menos correr
llegamos a casa y ese día preferí quedarme con mis abuelos por alguna razón ellos me creían desde que ví al señor de azul, esa noche fue pesada no podía dormir tenía en la mente aquel niño transparente
al día siguiente me levanté para ir a la escuela y desde aquel lugar escuchaba como me llamaban por mi nombre y me aventaban piedras así pasaron meses años quizá y lo que ahí habitaba desde que lo ví me llamaba, en otra ocasión solo ví la bruma como se escondía detrás de esa barda, un día llegaron unos señores y dijeron que era el muerto queriéndome dar el dinero enterrado
un domingo por la noche después de varios años decidimos ir a buscar eso que me llamaba de repente empezó a llover una lluvia calmada pero extraña, mi papá me dejó un momento para ver si lo podía ver o escuchar incluso sentir
y por alguna razón me empecé a sentir observada y de entre la oscura y fría noche me imaginaba como una mujer pasaba entre los árboles y su rechinido empecé a sentir como algo o alguien me rodeaba y un murmuró decía ayúdame