Morfeo se dirigió a la casa de Kathy al día siguiente por la tarde. Por segunda noche consecutiva no soñaba con él, ese día no lo hizo ni por la tarde tampoco. Esta vez abrió la puerta la misma Kathy de ojos hinchados solo que aparte no lucía bien y tenía marcadas ojeras. — ¿ Morfeo??? ¿ Qué haces aquí ? — Me dijo Samantha que no respondías las llamadas y estaba preocupado por mi escritora estrella — El se encogió de hombros y sonrió. — ¿Puedo pasar? — Si ven, disculpa el desorden ... Morfeo debía admitir que en el sueño se veía peor y cuando se teletransportó a lo de Kathy no prestó atención a lo que había a su alrededor excepto ella. Su gata estaba en su cesta y ni levantó la cabeza. — ¿ Estás bien ? Kathy refregó su rostro cansada. — No estoy teniendo buenos días — confesó.

