Violeta cree haber escuchado mal, es tanta la información que Ricardo le está proporcionando, que no encuentra por dónde comenzar a refutar. —¿Cómo que nos vamos a Brasil?— cuestiona sentándose en el sofá más cercano, al tiempo que trata de poner en orden sus ideas. —Como lo escuchas— habla acercándose, mirándola directamente a los ojos —la filial de Río de Janeiro presentó problemas y soy el único que puede solucionarlo— responde mintiendo descaradamente. —Sabes que tengo trabajo aquí, Diego está estudiando y ni siquiera hablo portugués— argumenta. —Por el niño no te preocupes que él está más que emocionado con la idea y lo de la escuela está cubierto— dice dejando claro que no es una decisión de última hora, dónde la única persona que no estaba enterada era ella. —Es decir, que tú t

