Los billetes volaban alrededor mientras el cuerpo de una chica bailaba en el tubo, la piel le brilla bajo los reflectores y su rostro se mantenía oculto de bajo d run antifaz, los labios delineados de un color rojo se mantenían entre abierto mientras su mira se quedaba vacía en algún punto de la habitación.
-La quiero cuánto cuesta.- Le pregunte a una chica que me servía el trago. Ella simplemente abrió los ojos y me dijo que buscaría el dueño del lugar.
-Asi que estás interesado en Amanda, lo lamento chico pero no tiene precio.-El hombre de avanzada edad con el cabello largo y grasiento hace una mueca de superioridad. Tomo un trago de whisky y abro el maletín a mi lado, 2 pacas de 5 mill reposan encima de la mesa. Su expresión cambia y me sonríe.-Supongo que puedes tener media hora con ella.
-Te estoy pagando por una hora, y eso es lo que quiero.-Le rujo, tampoco desperdiciaría todo mi dinero en una p*ta cualquiera.
-Tal vez si me das otros 5 mil puedo dejarte la hora completa.-resoplo con fastidio y le saco otro fajo de 5 mil.
-La quiero ya.-el hombre extasiado por el dinero asiente y después procede a indicarme las suite de la parte de arriba. Veo como una mujer llama a Amanda y la obliga a bajarse de la tarima, otra chica comienza a recoger el dinero esparcido en el suelo y ella involuntariamente de devuelve a recoger su dinero, pero la mujer la zarandea y la saca por completo de la área del show. Después me dispongo a caminar hasta la suite puedo escuchar a los hombres quejarse pero no me importa, ahora tendría mi propio show privado. Me siento en el sillón rojo en medio de la suite y puedo ver la pista de baile, de forma interesante sabía que ellos no podían verme y eso causó una cierta exitación y simplemente me dispongo a esperar por el manjar por la cual he pagado.
Amanda/Sofia.
El brazo me duele y me tropiezo tratando de mantener el equilibrio en los tacones de 15 cm que estoy obligada a usar, Margaret me obligo a cambiarme de ropa y usar una bata de seda negra, me pidió no quitarle el antifaz y me arrastraba el cuerpo escaleras arriba hasta donde estaban las suites el corazón se me iba acelerando.
-Detente me duele el brazo- Margaret gruñe y aprieta más fuerte.- Esto no está en mi puto contrato, me dijeron que solo bailaría.
-Mira estupida tú estás aquí para recibir ordenes no para llorar y decir lo que no o si vas a hacer, el hombre que te espera pago 15 mil dólares por 1 hora contigo.-Abro los ojos y me sorprendo por esa información, era muchísimo dinero. Y la verdad me asustaba.- Así que te pondrás en 4 dejares que te haga lo que quiera y si te pide que te hinques y le hagas favorcitos se lo haces y puedes llevarte tu comisión.- La vergüenza me entra por los poros y me siento como la persona más baja del mundo, no puedo creer que obligarán a estar con una persona desconocida.
Margaret me detiene frente a la puerta de la suite y me entrega 3 condones lo que hace partir el corazón y inmediatamente empiezo a llorar, no quería hacerlo pero estaba obligada.
-Se una buena perra y compórtate, o si no tú sabes lo que pasará.- Trago fuerte y asiento repetidas veces, ella se da la vuelta y desaparece por el mismo pasillo por el cual habíamos venido, respiró una par de veces y entro. Las luces están un poco bajas y opacas, pero podía ver con perfección todo lo de la habitación. Contaba con una cama grande que ocupaba cierta parte de la suite un tubo con una pequeña tarima y al lado de esta un bar, el sillon que estaba en medio de la habitación había un hombre sentado no podía verlo ya que estaba de espaldas.
Camino lento y dejo los condones sobre la cama, en mi mente solo se repite la palabra sala de ahí,
Pero no llegaría muy lejos, pero tampoco quería hacerlo, no quiero acostarme con un hombre por dinero; no puedo caer más bajo. Lo tomo de sorpresa una vez que lo tomo de los hombros y me inmediato se levanta aún no puedo verle la cara pero me lleva una cabeza y medio de altura, sin estos zapatos altos quedaría por debajo de su pecho y eso me asustaba, aunque se veía de contextura delgada no podría decir si tenia o no músculos ya que llevaba un traje formal. El cabello era n***o y varios tatuajes se asomaban por el cuello.
-Pensé que tendría que bajar a darle una golpiza a tu jefe por no cumplir te demoraste.-Su voz sonaba diferente y no era de aquí. Era un asentó marcado.
-Yo… lo lamento, no sabia donde tenía que venir es mis primera ves en las suites.
-Interesante.- Levanta la mano y se lleva el trago a la boca tú mano está llena de tatuajes también.
-¿Quieres que me acomode en la cama? ¿O quiere que baile para ti?
-Que tal si te tomas un trago conmigo.- Se da la vuelta y abro los ojos, era un hombre joven mo más de 27 años, cejas espesas y barba poblada, los labios eran gruesos y delineados mientras que su ojos eran de un verdes oscuro y con una mirada desafiante que trasmitía poder y un poco peligro asiento y le pido su vaso camino un poco afligida por la apariencia del hombre y le sirvo nuevamente el whisky mientras para mi solo tomo un poco de vino. No quiero estar perdida cuando me acueste con él.
Me siento en la cama a tomar mi copa mientras miro la multitud de abajo lanzar billetes al cielo, muchas de mis compañeras estaban en el regazo de otros hombre por algo de dinero extra y otras bailaban en el tubo. Todas en la misma situación y otras peores que nosotras. Podría considerarme afortunada, huérfana desde hace poco el mejor amigo de mi padre me dio trabajo como bailarina después de darse cuenta de que era pésima sirviendo tragos y mi potencial para atraer hombres, hasta esta misma noche había respetado mi posición de no querer estar con ningún hombre,
Pero todo cambia con par de dólares.
-¿Por que trabajas aquí?-La voz del hombre me saca de mi pensamiento y volteo a verle, esta serio mirándome de frente y me incomoda tanto que busco tapar cada parte de mi.
-Necesito dinero, y aquí estaban contratando.
-Pero hay muchos otros, digo mesera también da buena plata, no tanto como esto, pero la da y lo mejor es que es honesto.-Sus palabras son como dagas y me molesto pero trato de no mostrarlo. Ya era mucha humillación tener que acostarme con el para que me diga de frente que soy una cualquiera.
-No quiero ser grosera, pero pagaste una buena plata para estar conmigo, me has hecho la noche porque simplemente no me desnudo y acabamos con esto. ¿Te parece?
-Yo no te voy a cog*r, no te ofendas pero no quiero que me pegues algo extraño.- La sangre me hierve y quiero lanzarle la copa, pero le sonrío y me
Hecho para atrás pegando mi cuerpo en el espaldar de la cama y estirando mis piernas completamente.
-Que forma de perder la plata la verdad, si no tienes intenciones de estar conmigo. ¿ Por qué pagaste tanto?
-No le gusta que le digan que no.-Responde.
-Si debe ser difícil no.
-Solo te estoy haciendo un favor, vi que no disfrutabas estar bailando para esos hombres. Así que te di, digamos como un descanso.
-Debes ser el hombre más noble, deberían llamarte Jesús.-Coloco la copa en la mesa de al lado y lanzo mi cabeza hacia atrás, la presión hace que el antifaz me moleste y lo acomodo de forma que deje de molestarme tanto.
-Puedes quitártelo si deseas.
-No, no hace falta.
-¿Estudias?
-No por el momento, desde hace 5 meses tuve que parar mi carrera.
-¿Y que estudiabas?
-Enfermería quiero ayudar a la gente, estoy ahorrando para volver. Quiero pagar dos semestres de una vez, así puedo encargarme de reunir y sacar buenas notas y no tener esa presión tan encima de que tengo que volver a parar.
-¿Cuánto te sale el semestre?-Pregunta nuevamente, me enderezo y comienzo a sacar cuentas en mi mente.
-Como 3 mil dólares, eso sin contar los libros, que creo que serían unos 500 o 600 dólares extra es depende.- Lo miro asentir y se levanta del sillón se acerca a mi con una lentitud que me de escalofrío de pies a cabeza, se sienta a mi lado y toca la punta de mi cabello, para este momento mi alrededor se lleno de un olor de perfume fresco y whisky que me derrite la parte central de mi cuerpo.
-¿Es tú cabello natural?-Niego y lo deja quieto, se acerca mucho más y retira mi antifaz. No puedo moverme así que cierro los ojos no quiero que me vea. Jala suavemente mi peluca y mi cabello salen en cascada tapando mi hombro descubierto. Se ha alejado de mi pero no quiero abrir los ojos.- Me gusta, abre los ojos.
Abro lentamente los ojos y su mirada es intensa, de deseo que por extraña razón también la siento. Mi cabello n***o con ondas se siente liberado después de tenerlo tanto tiempo en un moño debajo de la peluca, no puedo creer que estoy aquí mostrándome sin filtro delante de un desconocido que hasta el momento no me ha tocado a pesar de haber pagado tanto por mi.
-Quiero seguir viéndote, aquí o afuera como prefieras.-Su voz suena mucho más frágil y trago fuerte, ese timbre de voz me está volviendo loca y quiero lanzarmele encima.
-Yo casi siempre estoy aquí, y por las mañanas vivo en una residencia no muy lejos.
-Saldrías conmigo mañana a comer, podemos almorzar algo, quiero verte como eres, sin tener que estar río interior.-Su voz suena sincera y caigo en cuenta el lugar donde estoy, esto no es un cine, mucho menos un lugar normal es un strip club con servicios especiales de prostitución.
-No, lo lamento, yo no puedo. No te conozco, y no quiero hacerlo fuera de aquí tampoco. Es mejor que hagas lo que tienes que hacer o simplemente déjame ir, tal ves si le explico a Diego que no hicimos nada el puede devolverte tu dinero o parte de el.- levantó mi peluca con el antifaz y me encamino hacia el baño de la suite, comienzo a peinar mi cabello para volver a poner el gorro y después la peluca una vez que hice eso me coloqué el antifaz. El hombre se había levantado de la cama y miraba a través del cristal.
-Ven aquí.- Camino con flojera y me para al lado de el.-Aprovecharé los 15 minutos que me quedan. Y espero que tú también.- Aprieto la tela de la bata y mi respiración de vuelve irregular, se coloca de tras de mi y suelta el nudo de esta. No quiero, ni quiero hacerlo.