5. La magia tiene su fin ✨️

1271 Palabras
Por un momento, me quedó paralizada, si saber que hacer, incapaz de creer lo que veía ante mi. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi respiración se volvió entrecortada. Lentamente, camine hacia el, y el dio un paso hacia mi, temía que fuera solo una ilusión, un engaño de mi mente al desear verlo. Pero estando más cerca de él extendió su mano hasta mi, la tomé y sentí su piel cálida, y supe que no era mi imaginación. —Julien ¿Eres tú de verdad?— susurre, mi voz temblando de emoción. Él asintió, y en ese instante, me lancé a sus brazos, sintiendo una mezcla de alegría, alivio y tristeza. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras lo abrazaba con fuerza, temiendo que si lo soltaba, desaparecería. No puedo creer que esto sea posible ¿En verdad el esta aquí?. —Te he extrañado tanto — dije entre sollozos. —No sabes cuánto he deseado este momento. Él me sostuvo con ternura, acariciando mi cabello y susurrando palabras de consuelo. En ese preciso momento, mi mundo gris se llenó de color nuevamente, y por primera vez en meses, sentí que mi corazón volvía a latir con fuerza. —Mi pequitas —dijo él con voz suave, pero yo me negaba a soltarlo. No quería hacerlo, tengo miedo de ya no sentir sus abrazos nunca más —No llores Amelie, estoy aquí contigo —con miedo aleje mi rostro de su pecho, levanté mi vista y ahí estaba el observandome con una sonrisa cálida. ¿Cómo era esto posible?. —Dime que esto no es un sueño, dime que en verdad estas aquí —el tomo mi rostro entre sus manos y me dio un beso lento y lleno amor, mis manos se enredaron en su cuello, era él, era mi Julien, estaba aquí conmigo. —¿Amelie? —escuché la voz de Claire, me separe de Julien y tomé su mano lo lleve hasta nuestra habitación —¿Amelie donde estas?. —¿Claire esta aquí? —preguntó él. —Guarda silencio, podría escucharte —le pedí. —¡Amelie! —gritó tocando la puerta de mi habitación. —Si dime —respondí. —¿Estás bien? Me pareció escucharte hablar–dijo ella. —Ah sí... salí un momento pero volveré a dormir —Julien no aparta su vista de mi. —¿No quieres desayunar? Podríamos salir a caminar un momento si quieres ya sabes para distraernos —sugirió. —No te preocupes puedes ir tu si quieres, no quiero salir de casa y no te preocupes estoy muy bien —aseguré viendo a Julien con una sonrisa. —Está bien, saldré y volveré más tarde, llámame si necesitas algo, me debes mi abrazo de navidad, no quisiste abrirme la puerta —se queja. —Te prometo que luego te lo daré, hasta luego Claire —me despedí de ella y enfoque mi atención en Julien. —¿Por qué no me dejaste verla? —cuestionó el. —Lo siento, pero si yo estoy a punto de caer desmayada imagínate ella, será una gran impresión aun no se como es que yo sigo de pie, esto es... –Un milagro —continuo el —mi pequitas, te dije que la navidad es mágica. —Y ahora lo creo —acaricié su rostro sintiendo su piel bajo mi tacto —jamás me imaginé que tendría esta oportunidad, cuando te fuiste yo... —mis ojos se llenaron de lágrimas mi corazón dolía al recordar ese momento. —No se que paso pequitas pero no quiero que pienses en eso, todos tenemos un fin —negué. —Pero ¿Por qué tan pronto? Tu y yo teníamos sueños —el limpio mis lágrimas con su pulgar. —Lo sé mi amor, y no sabes como me duele no poder cumplir lo que te prometí —su vista permanecía fija en mí —pero también la magia tiene su fin Amelie. —No quiero que te vayas —supliqué abrazándome a su cuerpo. —Solo vine aquí por esa oportunidad que me fue robada, una última mirada tuya, un último beso, un último abrazo, un último te amo, una despedida Amelie —negué mientras me aferraba más a su cuerpo. —No Julien, no me digas eso, no quiero perderte, no me dejes de nuevo por favor. Yo te necesito mi amor, te necesito —el me separo de su cuerpo y acarició mi rostro. —Perdóname Amelie, pero debo irme —dijo con voz suave, no me podían dar a mi amor de nuevo y luego quitármelo eso no se hacía —quiero verte sonreír Amelie, quiero disfrutar estas horas a tu lado, la despedía es inevitable, disfrutemos un poco lo que no podremos en años, has sido fuerte mi Amelie y eso me hace sentir orgulloso, te amo pequitas. —Te amo Julien —sus labios se posaron sobre los míos, cuanto había extrañado sus besos y estos serán los últimos que sentiré. Julien se alejó de mí y me observó con una sonrisa. —¿Qué quieres hacer? — preguntó. —Solo quiero estar contigo —respondí. —Yo también mi pequeitas, pero ya que Claire se fue podemos ir a la cocina y preparar algo delicioso que comer —propuso el. —Está bien pero yo cocino —seria momentánea su presencia aquí y yo solo quería hacer que se sintiera bien. —Yo lo haré —dijo él. Y así fue como los dos entre risas preparamos nuestro desayuno, sabía que Claire no volvería hasta la tarde, la presencia de Julien llenaba mi vida de alegría estaba feliz por que se me permitiera volver a verlo pero también estaba triste por que lo perdería de nuevo. Quisiera saber que es lo que debo hacer para que él se quede conmigo para siempre. Después de desayunar nos quedamos en la sala viendo algunas de nuestras películas favoritas, Julien preparo algunas botanas, había llenado mi despensa hace días así que tenía muchas cosas disponibles. Aquí acostada en el pecho de Julien me sentía tan feliz, sentía tanta tranquilidad que los momentos oscuros que había vivido solo parecían un mal recuerdo. —Sabes, no recuerdo que paso, lo único que recuerdo es que te vi sonriéndome, creo que no se me permite recordar lo que pasó antes del accidente pero se que lo último que estuvo presente en mi mente fuiste tu —comentó de repente. —No te fuerces, dicen que nuestra mente se nubla cuando estas cerca de morir, tal vez es eso —lo tranquilice. —Promete que estarás bien, que te cuidarás mucho, yo desde donde este te cuidare, siempre estaré a tu lado Amelie, aunque no puedas verme —aseguró llenando de calidez mi corazón. Minutos después decidimos ir a dar un paseo, no habían muchas personas fuera de sus casas todos disfrutaban de sus familias y si habían personas paseando lo hacían en el centro de la ciudad. Claire llegaría al departamento y yo no estaría, le deje un mensaje diciéndole que salí a caminar un poco. Cada minuto que pasaba era un minuto menos a su lado. Ahora creo en los milagros, no me lo quites una vez más pedía con mi mirada al cielo, mientras caminábamos sobre la nieve, Julien sostenía mi mano con fuerza. Tu que le permitiste volver conmigo no me lo quites, déjame vivir mi vida junto a él, no creo que esta vida encuentre otro amor, es el y siempre será el ¿Qué debo hacer para que el se quede conmigo? Dímelo y lo haré...
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