Ravenna siempre es hermosa. Pero así… Me roba el aliento cada vez que la miro y ansío tocarla. Toda esta farsa de que ella sea mi acompañante para poder hacer negocios es ridícula. Ninguna mujer me ha distraído más. El sabor de su piel persiste en mis labios y lengua, y quiero devorarla. Esta última semana, he hecho ejercicio hasta que mis extremidades dolían. Ayer, después de una agotadora sesión de pesas, tomé una ducha larga y caliente, imaginando la dulce y jugosa curva del trasero de Ravenna y cómo se veía en este vestido. Pero en el giro más exasperante, no me masturbé. Correrme realmente ayudaría mucho. Estoy volviéndome más gruñón con todos a mi alrededor, pero por mucho que sé que debería, no quiero derramar mi semen en ningún lugar que no sea en o sobre ella. Maldita sea. No

