Era obvio que Sabrina entendió la referencia que Nathan le dijo, pero trató de hacerse la desentendida. —Eh, si, entiendo que usted no le gusta… dormir. Nathan desde el otro lado del teléfono le respondió: —Si, a veces duermo porque no puedo y otras veces porque… no quiero. Cabe destacar que el tono de voz de Nathan por teléfono era un tanto seductor, hablaba corto y preciso, pero de una manera muy interesante, en el cual querías seguir escuchándolo por mucho tiempo más. No obstante, era la primera vez que Sabrina hablaba con él por teléfono, así que, dejándose llevar por aquel tono de voz, su subconsciente le hizo olvidar un poco de aquel ogro que era Nathan. Por lo que, dejó a los hombres instalar el televisor y se fue hasta su habitación para seguir conversando con él. —Y… ¿porqu

