20
Ya lo entiendo todo, Izan ha aparecido detrás de su padre, llega vistiendo un traje a la medida color n***o con camisa blanca. Puedo ver como sus hombros suben y baja, pero aunque quisiera que me mirara a mí, puedo sentir mi alma abandonar mi cuerpo por la manera como aniquila a Louis con solo verle.
—Soy el nuevo jefe ¿No es fantástico?
¡Mierda!
—Louis, toma tus cosas tenemos que irnos…
El español me toma del brazo—El trabajo Elle, no nos podremos graduar si no lo hacemos.
—Algo ya pensaré ¿Podemos irnos? —le ruego con la mirada para que me siga, vuelvo a respirar cuando lo hace. No puedo estar en el mismo lugar con Izan, no puedo mirarlo a los ojos después de nuestro momento juntos.
—¿A que le temes Elle? ¿Es por lo de la última vez? —Alex abre los ojos.
—No sé a qué te refieres, Louis vámonos—camino hasta la puerta, giro la perilla y camino sin mirar hacia atrás. Decido usar las escaleras, bajo a toda velocidad, busco con manos temblorosas mis llaves, quiero huir, no quiero estar aquí.
Me siento en cuchillas en el pavimento del subterráneo, paso mis manos por mi rostro una y otra vez. ¿Qué estoy haciendo?
—Louis ¿Crees que soy una chiquilla? Me imagino que con esto si—el pelinegro o dice nada, ni siquiera soy capaz de mirarlo—Es que si papá se entera que Izan prácticamente será mi jefe de pasantías… conoces a papá, sabes que cuando te quedabas a dormir en casa, los primeros días fue una pesadilla y peor cuando te encontró durmiendo la siesta conmigo en la cama ¿Lo recuerdas? Akim ese día nos metió en problemas, dijo que él te había dado condones, aunque fue muy gracioso al principio, papá no quería hablarte hasta que mi hermano confesó.
—Así que él puede dormir contigo y yo no… —mi piel se eriza al escuchar el acento italiano de Izan.
—Izan…
—Gabrielle, ¿Sabes como me siento al saber que nunca te importó mi amistad? Me abrí contigo y huiste sin dejarme tan siquiera disculparme contigo.
—Sabes que esta mal todo esto, necesito este proyecto para graduarme.
—Hazlo entonces ¿No eres la princesa de los retos? ¿La que no se deja mandar por nadie? Hazle ver al mundo que si puedes.
Louis corre y toma mi mano, Izan nos queda viendo y sonríe con amargura, intento explicarle que no estamos juntos, pero Louis me coloca detrás de él.
Izan mete sus manos a los bolsillos de su pantalón, se encorva de hombros para luego volver a endurecer sus facciones. Las palabras se me atoran en la garganta, no sé porque ha decidido tomar esta posición en la empresa de su padre, después de todo lo que me dijo.
No entiendo que lo orilló para trabarse su orgullo y tomar el trabajo—Si tomarán el puesto, mañana a las ocho en punto en mi oficina, Elle, sería una lástima que echaras a la borda todo tu esfuerzo estos años.
Entro al coche sin decirle nada, Louis e Izan se quedan viendo por unos segundos más, el español entra al audi y nos vamos.
Mamá despide a mi amigo después de beber algunas copas de vino, papá lo abraza antes de marcharse. Recuesto mi cabeza en las piernas de mi madre, la cual acaricia mi cabello con suavidad. No puedo dejar de pensar en lo que me dijo Izan. Sería una completa cobarde si dejo ir lo que más deseo en el mundo.
—Papá—lo llamo—¿Qué pasaría si Izan toma las riendas, de la empresa de Alexander?
Deja el vaso de whisky a medio lado—Seria un imbécil, ese hijo suyo lo llevaría a la quiebra o si no es que lo roba—mamá lo mira molesta.
—¿Por qué odias tanto a Izan? —suelto sin pensar.
Miguel camina hasta mí—¿Te está gustando ese italiano de pacotilla? Elle por el amor del creador, dime que no. Louis es mucho mejor que él, aunque no tenga donde caerse muerto, sé que con mi ayuda crecería en la empresa y…
¡Que estas diciendo!
—¿Crees…? Es que ni siquiera puedo decirlo, Louis Barrera y yo solo somos amigos ¿Por qué sigues mandando en mi vida? ¡¿Te has escuchado?! ¿Por eso le diste trabajo a Louis? Porque querías que me enamorara de él ¿Verdad?
—Solo pienso en tu futuro, ese chico tiene madera para esto. Podrías calmarte y hablar conmigo, tan siquiera una vez.
—Yo no le gusto a Louis y él no me gusta a mí, yo… yo estoy enamorada de otra persona—miento descaradamente.
—¡No! —grita mi padre, salto sorprendida, mamá interviene y salgo corriendo a mi habitación. Tiro la puerta y la cierro con llave.
No puedo creerlo.
Coloco mi cabeza en la puerta y me quiebro, me pasmo al sentir a alguien abrazarme desde la espalda. —¿Estás bien? —es Izan.
—¿Lo escuchaste todo? —pregunto.
—No todo princesa—me volteo para verle.
Sus manos limpian mis lágrimas, camino detrás de él, Izan me pide que me acueste y lo hago. Pasa su mano por debajo de mi cabeza, acaricia una y otra vez mi cabello, puedo escuchar su respiración. Empiezo a cerrar los ojos, cada vez me pesan más.
—Eres preciosa Elle, eres ante mis ojos la diosa más hermosa que he visto en toda mi vida, es por eso que respeto tu decisión. Sé que tienes miedo y no insistiré más hasta que estés preparada. Louis ni nadie te merece y aunque suene egoísta, solo yo quiero merecerte.
Aprieto los ojos, él cree que estoy dormida, pero he escuchado todo…
Mi cabeza está sobre el pecho que sube y baja de Izan, sus manos me sujetan con fuerza, las lágrimas se resbalan una tras de otras de mi rostro. Respiro hondo tratando de mantener firmes mis emociones. Papá aún no comprende que puedo hacer con mi vida y amar a quien se me dé la gana.
¿Louis? ¿Enserio?
—¿Cómo entraste a mi habitación? Papá cambió todas mis cerraduras.
Besa mi frente—Soy un ladrón ¿Lo recuerdas?
—¿Por qué aceptaste el puesto de presiente? Pensé que odiaba a tu padre.
—Solo pensé que debo ser un mejor hombre ¿Sabes? Así la indicada puede llegar y ella me amaría por lo que soy.
Levanto el dorso para verlo, le pego con una almohada en la cara, Izan se ríe alto y le hago señas para que baje la voz, lo último que necesito ahora es que papá se dé cuenta que él está aquí. Eso empeoraría las cosas.
—Tú no necesitas la aprobación de ninguna mujer, ella te debe amar tal y como eres. Eso es el amor Izan, querer a la persona así, con sus emociones, defectos, con cada parte imperfecta que para ti es perfecta.
—¿Te has enamorado?—tapo mis labios para no reírme fuerte.
—Nunca, pensé que amaba a Brad, pero realmente no era así. Creo que era el apego emocional de haberlo conocido de toda la vida. Fue mi primera vez y creí que eso me haría amarlo con locura, pero jamás sucedió. Es como si mi alma no lo reconociera. No se sienta estar enamorada, pero estoy segura que con la persona correcta, lo sabré.
Juguetea con mis dedos, su cabello está a medio lado, sus mejillas tienen un minero color rosa que lo hace ver tan adorable. Vuelvo a acostarme en sus brazos, el cual me aprieta apenas mi piel toca la suya.
—Debes conocer la vida primero, antes de enamorarte.
—¿Cómo es eso Izan?
—Déjame mostrarte—se levanta de la cama de rapidez, busca sus zapatos debajo de mi cama y me mira con determinación. —Ponte algo cómodo y escápate conmigo Elle, haz cosas que jamás pensaste que harías. Vive hoy princesa, vive hoy.