— ¡Quiero ya mismo una explicación Carmen! ¡Quiero que me digas por que tengo que seducir a mi hermana, enamorarla, es algo... ilógico! Asqueroso. — gritaba León mientras caminaba de un lado hacia otro pasándose las manos por su cabello. Estaba nervioso, estaba molesto por la situación en la que se encontraba, por lo que le había provocado aquel beso, «¿por que tenia que ser ella?» se preguntaba una y otra vez. Podía haber hecho un pozo en el piso de tantas veces que había estado caminando por el mismo sitio mientras que doña Carmen lo observaba reticente. — Todo esto es demasiado complicado para ti León. Voy a hacerte una pregunta ¿ya conociste a Luna? — él abrió los ojos grandes como platos y se quedo estático, inmóvil. — Tu silencio me responde. ¿Sabes que yo he trabajado en casa de

