Preparar una boda religiosa era todo un caos, jamás imagine que sería tan difícil y agotador , pero aquí estamos en los últimos preparativos. Había pasado dos meses desde su compromiso, las cosas marchaban con tranquilidad. Nuestro pequeño Maximiliano era todo un amor el cuál llenaba la casa de alegría, pero más aún a Diana la cuál su compañía a sido fundamental para poder superar poco a poco lo del señor Máximo. Las cosas en la empresa marchaban bien, Ivan había hecho pública su relación con Matías lo que trajo muchas opciones, pero ninguna paso de allí. Mary se había marchado de la casa con la excusa de que se iría de viaje un tiempo, hace semanas no la veíamos ni mucho menos sabíamos de su paradero. —¿Lista? —Le pregunta el diseñador. Sale del vestidos y sonrió al verla infundad

