Al ver la cara de enfado de Nicole, Joe se asustó bastante hasta el punto que su cuerpo flaqueó. Casi se arrodilló frente a ella. Era la primera vez que veía su cara de furia de esa manera…
En este punto, reflexionó sobre su vida y pensó que si se rendía ante ella esta vez, ella se sentiría con más orgullo y lo intimidaría después, pero todavía tenía a Joseph en su espalda. Por eso no debía rendirse ante ella esta vez.
Después de pensarlo, recuperó el valor. Enderezó el pecho y levantó la cabeza, mirando fijamente a Nicole sin mostrar ninguna debilidad.
—No creo que me equivoque esta vez, incluso yo te hablo así, ¿y qué? Las cosas no serían así si no te hubiera salvado la última vez y ni siquiera me hubieras dado las gracias por ello. Claro, tú has nacido en una familia de oro y yo solo
