Robert, ¿dijiste en serio lo de vender Birch Vale? El volvió la vista a otro lado. —Me marcho de aquí. El corazón de Cynthia dio de pronto un vuelco de angustia. —¿Por qué?— su pregunta era casi un grito. Se hizo el silencio por un momento. Entonces Robert contestó por fin: —Tengo algo que mostrarte. Se volvió hacia la puerta y ella lo siguió. Para su sorpresa, subió la escalera y cuando él se volvió hacia el corredor que conducía al ala del sur, ella comprendió, sintiendo un repentino pánico. No quería saber el secreto de Robert; tenía miedo de él. Fue con un gran esfuerzo que se obligó a caminar con paso firme a su lado. El llevaba la cabeza en alto, pero cuando ella lo miró, la asombró su palidez y la expresión de agotamiento que había en su rostro. Robert abrió la puerta que c
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