Observaba fijamente su semblante, tenía algunos rasguños en su rostro pero lucia bien. Parte de su hombro izquierdo se encontraba forrado , acaricio su mejilla y sonrió suavemente. —Me encanta despertar y lo primero que vea son tus ojos —Musita y lo veo mirarme fijamente —. Luces cansada, ¿No has dormido? Niego sonriéndole. —No pude pegar el ojo en toda la noche y tampoco despegarnos de aquí cuidando de ti y el tío Piero. —¿Cómo está él? —Esta estable, la bala solo rozo parte de su abdomen así que estará bien —Suspiro —. Mientras que tu deberás estar en reposo unos días mientras sana tu hombro. Lo mueve y suelta un pequeño quejido de dolor , suspira y me sonríe. —Gracias nena —Toma mi mano dejando un beso en ella —. Eres muy linda aunque sigues siendo una mimada. —Aveces eres

