UNA DESPEDIDA DOLOROSA

1539 Palabras
Después de recoger sus maletas del hotel, Kevin regresó al rancho. Emilio, el padre de Karina, le había preparado una habitación. Aunque al principio se sintió un poco incómodo, la hospitalidad de Emilio y la alegría de Karina lo hicieron sentir como en casa. Durante los días siguientes, Kevin y Karina pasaron mucho tiempo juntos. Cabalgaban por las mañanas, exploraban el rancho y por las tardes, se sentaban bajo el gran roble, compartiendo historias y risas. La conexión entre ellos se fortalecía con cada día que pasaba. Una noche, mientras estaban sentados bajo las estrellas, Karina tomó la mano de Kevin. “Estoy muy feliz de que estés aquí”, le dijo, su voz suave en la quietud de la noche. Kevin le devolvió el apretón, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. A medida que pasaban los días, Kevin se dio cuenta de que sus sentimientos por Karina iban más allá de la amistad. Pero, ¿se atrevería a arriesgar su renovada amistad por algo más? ¿Y Karina sentía lo mismo? Se preguntaba constantemente. El rancho, propiedad de Emilio, es un vasto terreno que se extiende hasta donde alcanza la vista. Está ubicado en las afueras de la ciudad, rodeado de colinas ondulantes y vastos campos verdes. El rancho es un lugar de tranquilidad y belleza natural, lejos del bullicio de la ciudad. La casa principal del rancho es una estructura impresionante, construida en el estilo tradicional mexicano, con techos de tejas rojas y paredes altas. Rodeada de jardines florecientes y árboles frutales, la casa es un oasis de confort y hospitalidad. El rancho también cuenta con varios establos y corrales para los caballos, así como un granero y otras instalaciones para el ganado. Los caballos son una parte integral de la vida en el rancho, utilizados tanto para el trabajo como para el ocio. El entorno del rancho es igualmente impresionante. Al este, se puede ver la cordillera que se eleva majestuosamente contra el cielo. Al oeste, los campos de cultivo se extienden hasta el horizonte, salpicados de ocasionales manchas de bosques. En el norte, se encuentra un gran lago, cuyas aguas tranquilas reflejan el cielo azul. Al sur, los pastizales se convierten en un bosque denso, hogar de una variedad de vida silvestre. El rancho es un lugar de paz y belleza, un refugio del mundo exterior. Es un lugar donde uno puede sentirse en sintonía con la naturaleza y disfrutar de la simple belleza de la vida rural. Para Kevin y Karina, se ha convertido en un sitio de recuerdos felices y nuevas aventuras. —Pensé que no vendrías. —dijo ella viendo hacia los árboles. —Bueno, la verdad es que no pensaba venir, tengo mucho trabajo. —mintió, porque no quiso mencionar a Lucrecia. —Me imagino, la ciudad es agobiante, cuando me toca viajar por estudios y regreso al rancho es como volver a la vida. —Me gusta tu acento. —Ah, es normal aquí, en la ciudad trato de hablar lo más normal para ellos. —Te sientes orgullosa de tus raíces. —Desde luego que sí, para mi este es el paraíso, aquí no existe las envidias, y todas esas cosas que la gente suele pelear. —Tienes razón, aquí es el paraíso, me gusta. Realmente necesitaba este momento para respirar. —Kevin… ¿Por qué dejaste de venir a mis cumpleaños? —Eso, es que me gradué, herede los negocios de mi padre y… —no sabe si contarle de su novia, la verdad que no se siente cómodo tratando ese tema. —¿Y? —recalco ella. —Y me volví un hombre adicto al trabajo, por eso no seguí viniendo, hasta que recibí tu carta. —Ah, me alegra que cambiaras de parecer, no sabes las ganas que tenía de verte de nuevo. —Y eso ¿Por qué? —Siempre has sido mi amigo más cercano, Kevin. Desde que tengo memoria, siempre has estado a mi lado. Pero ahora, siento la necesidad de explorar el mundo. Quiero trabajar en el extranjero, ganar experiencia. Mis padres y padrinos están de acuerdo con mi decisión. —¿Mis padres saben de tus planes de viaje? —¿No te lo dijeron? Pensé que lo sabrían. —Hace un tiempo que no vivo con ellos, me mudé. —¡Vaya! ¿Vives solo? ¿Quién se encarga de la comida? ¿Y de la limpieza? —No es un problema. Suelo comer en restaurantes y contrato a una señora para que mantenga mi apartamento limpio. —Eso debe ser costoso. Mi madre me ha enseñado todo lo que una mujer debe saber hacer. Es como un pasatiempo para mí, especialmente después de largas horas de estudio. Cuando me gradué, mi madre estaba emocionada porque ya no tendría que estar lejos de ellos. —Y ahora quieres irte aún más lejos. —Sí, quiero volar. Y si no me gusta, siempre puedo volver a casa y dedicarme al rancho, como mis padres. —Es curioso, la mayoría de las chicas de tu edad hablan de moda y joyas. Pero tú, hablas de administrar un rancho. Eso es admirable, Karina. Mientras Karina hablaba de sus planes, Kevin no podía evitar notar cómo había cambiado. Ya no era la niña con la que había crecido, sino una mujer segura y decidida. Su belleza, tanto interior como exterior, lo dejaba sin aliento. A medida que la luz de la luna bañaba su rostro, Kevin se encontró admirando sus rasgos. Sus ojos brillaban con determinación y pasión, y su sonrisa era tan cálida como siempre. Pero había algo más, algo que no había notado antes. Karina había crecido y se había convertido en una mujer hermosa. Kevin se sintió atraído por ella, no solo por su belleza física, sino también por su fuerza y determinación. Pero también sabía que debía respetar su amistad y los planes de Karina. Así que, en lugar de actuar impulsivamente, decidió apoyarla y estar a su lado en su viaje. —Karina, siempre cuenta conmigo, sin importar a dónde te lleve la vida. Eres una mujer increíble y sé que lograrás grandes cosas —le dijo, su voz llena de sinceridad. Y con esas palabras, Kevin se comprometió a ser el amigo y apoyo que Karina necesitaba, sin importar lo que el futuro les deparara. Aunque su corazón latía con un nuevo sentimiento, sabía que lo más importante era la felicidad de Karina. Y si eso significaba mantener sus sentimientos para sí mismo, así lo haría. Porque al final del día, la amistad y el respeto que sentía por Karina eran más fuertes que cualquier otra cosa. Al día siguiente Kevin se levantó temprano, más relajado y emocionado por ayudarle a Emilio, quien le dio los buenos días y que desayunara porque el recorrido era largo, Karina y su madre les sirvieron el rico desayuno y los hombres comieron entre risas y halagos hacia las mujeres. Karina les deseo suerte, su mirada pícara hacia el joven no pasó desapercibida, su padre aclaro su garganta para que la joven regresara a la tierra. Mientras Karina y su madre continuaban arreglando los lotes de elotes, la conversación se volvió más profunda. Karina compartió cómo Kevin, a pesar de los años y las circunstancias, seguía siendo el mismo chico gentil que ella recordaba de su infancia. Su madre escuchaba atentamente, asintiendo y sonriendo de vez en cuando. —Le tienes mucho cariño a ese joven. —Tú sabes que Kevin siempre ha estado en mis cumpleaños, lo extrañe mucho cuando no regreso. —¿Qué te dijo con el motivo? —Ahora es un hombre y, por lo tanto, tiene muchas responsabilidades, madre, yo quiero ir con él, me caerá bien trabajar allá, además me emociona salir del país. —Apenas conoces este país y ahora se te ocurre ir a conocer otro. —Es que, allá están mis padrinos, ellos me cuidaran. No te preocupes, mi padre me enseño todo sobre los hombres y como cuidarme. —No puedo dejar de preocuparme, soy tu madre, eso de que no estaré cerca me inquieta. —Mami, ya crecí y me has criado bien, me has enseñado a ser una buena mujer, lo sé casi todo. —No mi amor, no sabes nada, los hombres son cambiantes, rompen el corazón y hasta pueden llegar a burlarse de una mujer, tú no tienes idea de la maldad que hay en este mundo. —Está bien, no sé nada, pero te juro que me cuidaré y que nadie dañará mi corazón, además a Kevin solamente lo veo como un hermano mayor. —Te creo, te dejaré ir solamente si llamas cinco veces al día. —Dos veces mami, déjame divertirme. —le besa la frente, ama mucho a sus padres. —Tu padre te abrió una cuenta internacional, no dudes en usar ese dinero, no dependas de nadie. —Ya verás que haré crecer ese dinero. —No es por eso, tu padre y yo hemos trabajado por ti, todo lo nuestro es tuyo. —Lo agradezco, mami, soy feliz con ustedes. —su madre la abraza fuerte. —Has crecido bien mi amor. —Madre e hija son muy cercanas.
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