La tomó en mis brazos y nos fundimos en un beso reparador, limpio sus lágrimas con delicadeza, la miro a los ojos, odio ver esa tristeza tan profunda que esconde ese par de esmeraldas, cuando la conocí estaban tan llenos de vida. Aunque se escondían detrás de un par de anteojos obsoletos brillaban de forma única, lucharé para qué recuperé ese brillo especial —Creo que ambos necesitamos amarnos, pero no así mi amor. —Digo besando la punta de su nariz. Sus sollozos parten mi corazón en dos, la melancolía que sentía tras su supuesto abandono no tiene comparación a lo que siento en este instante al escucharla llorar de esta manera, drena el dolor de su alma en mi pecho. Acaricio su espalda, mis lágrimas corren al igual que las suyas, es muy difícil saber esta verdad. La cargó estilo nupcial c

