-La nana al apenas probar la comida que Esmeralda preparo dice; Mmmm, pero que rico está esto, deberías de estudiar para ser una Chef profesional, tienes muy buena sazón en tus manos.
-Y eso no es lo único bueno que tengo en mis manos, hay otras cosas que ellas también saben hacer o que pueden aprender conforme vaya sobre la marcha, ellas solo necesitan de alguien con experiencia que las guie. -¿Tú no opinas lo mismo mi sexi Ángel? -Daniel que para ese momento estaba bebiendo jugo, pega un brinco mientras lo escupe.
-La nana al ver la reacción que su niño Dany tuvo pregunta -¿Qué sucede mi niño, es que acaso el jugo quedo muy malo y es por eso que no lo puedes tragar?
-No, no nana, lo, lo que pasa es que me dio un calambre muy fuerte en la pierna. -Pero lo que la nana no sabía era, que la reacción que tuvo Daniel no fue por ningún calambre, sino porque debajo de la mesa Esmeralda deslizaba con mucha delicadeza, una de sus manos por la pierna de este.
-Ay mi niño debes de cuidarte mucho de eso, si ya terminaste de comer puedes irte a descansar.
-No Nany, él aún no se puede ir. -Esto lo decía Esmeralda mientras apretaba la pierna de Daniel.
-Que, ¿Y porque debería de quedarme en la mesa si ya termine de cenar? -Dice Daniel muy nervioso porque su muñeco comenzaba a despertarse.
-Es que aún no te he demostrado todas las cosas maravillosas que puedo hacer con mis manos, ¿No te gustaría que te lo demuestre ahora mismo? -Esto lo dice Esmeralda con una sonrisa de oreja a oreja, mientras continuaba subiendo la mano por la entre pierna de Daniel.
-Daniel al sentir esa mano muy cerca de su muñeco vuelve a pegar un pequeño brinco y entre dientes le dice a Esmeralda, deja de jugar con fuego y quita tu mano de mi pierna de una buena vez, que no te he dado permiso para manosearme.
-Me gustaría que nos demostrarás esas otras cosas maravillosas que sabes hacer, sobre todo a mi niño Dany a ver si así deja esa cara de amargado.
-¿Verdad que sí Nany? Quizás si lo hago ahora mismo, él podría irse con una gran sonrisa a la cama.
-Ni se te ocurra hacer eso y mucho menos delante de mi nana, a ella la respetas. -Dice Daniel mientras quita la mano de Esmeralda de su entre pierna, que ya estaba a punto de bajar el cierre de su pantalón.
-¿Pero de qué carajos estás hablando mi niño?
-De lo que está pervertida piensa hacer.
-No sé de qué me estás acusando mi cielo, si yo lo único que pensaba hacer con mis manos es, servirles el postre que tengo guardado en el refrigerador -¿Es que acaso no quieres probarlo? Porque te aseguro que una vez que lo pruebes te va a encantar tanto, que me rogaras para que te dé más.
-No quiero nada de ti, es más, iré a ducharme para acostarme a dormir.
-¿Quieres que te lo lleve a la habitación?
-He dicho que no quiero nada, así que ni se te ocurra aparecerte por allá -Dice Daniel levantándose inmediatamente de la silla, para luego darles la espalda a esas dos mujeres, no quería que se dieran cuenta de que ya comenzaba a sudar frío y mucho menos que tenía una gran ere*ción.
-¿Pero qué te pasa mi niño, por qué andas tan amargado hoy?
-Pregúntaselo a la pervertida esa, a ver si se atreve a contarte lo que ha hecho.
-¿Por qué mi niño te dice pervertida?
-No lo sé Nany, creo que mi Ángel es muy celoso con sus cosas y seguramente se molestó conmigo porque tomé prestada una de sus camisetas favoritas sin su permiso.
-Ese no es motivo cómo para llamarte de esa manera, en tal caso debería de decirte “Abusadora y no Pervertida” que es lo que más se asemeja a ese exceso de confianza.
-Jajajaja, sí, sí, tienes mucha razón Nany, pero debemos entender que el trabajo de un médico es muy estresante, quizás tuvo un mal día en el hospital y es por eso que anda de mal genio, así que no le prestemos atención y continuemos con lo nuestro. -Termino por decir Esmeralda, mientras llevaba una cucharada de comida a su boca y dirigía su mirada hacia otro lado para que ella no descubriera su mentira.
-Una vez que Daniel entro a su habitación, se dio cuenta que el problema que Esmeralda había causado en su entre pierna, era mucho más grande de lo que pensaba y que necesitaba solucionarlo lo más rápido posible, así que enseguida comienza a desvestirse mientras dirige sus pasos hacía el baño, para darse una ducha con agua bien fría, al principio ese método estaba funcionando, pero cuando apenas comenzó a enjabonar esa parte sensible de su cuerpo, recordó cómo su joven pervertida deslizaba con mucha sutileza, su suave y delicada mano cerca de esa zona, inconscientemente cerro sus ojos y comenzó a imaginar que ella se encontraba allí con él, dispuesta a terminar aquello que había iniciado bajo la mesa, sin darse cuenta su asistente personal “Manuela” se estaba encargando de ese bochornoso asunto y en cuestión de segundos pudo sentir esa grandiosa liberación, que con ansias anhelaba.
-MIENTRAS TANTO EN CIUDAD “S”
-Mami, ya falta poco para graduarnos y aún no tenemos noticias de Karina, el sueño de ambas era ir para la misma universidad, pero si ella sigue sin aparecer, creo que terminare yendo yo sola.
-No hay que perder las esperanzas mi niña, pidámosle a Dios para que donde quiera que ella este, se encuentre bien y para que regrese pronto a su hogar.
-Mamá, la extraño muchísimo, tú no sabes lo doloroso que es entrar al aula de clases y ver que su pupitre aún sigue vacío, que cada vez que pasan la asistencia ella sigue ausente, extraño nuestras salidas al cine y al centro comercial, extraño ver la manera en que ella atendía los clientes en el negocio de Don Julián y hasta nuestras discusiones por el parasito mal viviente de Mauricio… Mami, si Karina no aparece antes de la graduación, por favor no me obligues a presentarme el día de la entrega de los diplomas, ni tampoco a la fiesta que harán para los graduandos.
-¡Por Dios Mariana! ¿Cuántas veces yo te he obligado a hacer cosas que no quieres? Si no deseas ir, no lo hagas y punto, yo después me encargare de ir a buscar los documentos, así que no te preocupes por eso.
-¡Gracias mami! Por eso es que te quiero tanto. -Termina de decir Mariana mientras abraza fuertemente a su madre.