La pantalla del lujoso teléfono de Absalón se iluminó con un nuevo mensaje de Dave Peterson, y el brillo azulado bailaba en sus ojos mientras leía: "Y disculpe por tantos mensajes señor Kravchenko, pero ya que me confirmó su asistencia, déjeme decirle que el código de vestimenta es "WHITE TIE" Que pase un excelente día y ya sabe, estoy a su disposición para cualquier cosa que necesite" Una de sus cejas pobladas se arqueó con interés mientras analizaba el mensaje, y sus ojos se entrecerraron como los de un depredador evaluando su presa. Una sonrisa ladina, de esas que solían preceder a sus decisiones más peligrosas, se dibujó en su rostro marcado por los años en el bajo mundo: «¿Dinero en efectivo, ropa blanca? Va a estar buena esa mierda» Yaroslav, que lo conocía como solo un padre pod

