EMILIA
Casi seis meses después….
–¿Estás segura de esto? – pregunta Ximena, subiendo las escaleras del hotel con tacones altísimos. Se ve increíble para tener un bebé de tres meses atado a su pecho. Lo juro, nada la detiene.
–Segura– sonríe.
Mirando mi anillo de compromiso, me siento casi mareada al pensar en engañar a todos. No quería una gran piedra ni mucha fanfarria, aunque Julián quería consentirme. Cuando me propuso matrimonio en Central Park, lo hizo sin un anillo. Era Navidad en Nueva York, lo que significa que era esa época mágica del año donde todo está lleno de alegría y jubilo. Grandes copos de nieve blancos y esponjosos cayendo del cielo, nosotros acurrucados juntos con abrigos de lana y bufandas, bebiendo chocolate caliente y viendo a los patinadores artísticos en la pist
