Sheila me hizo una felación hasta que se me puso duro. Hicimos el amor de nuevo, para mi sorpresa, y tardó otra hora antes de que mi orgasmo pusiera fin a nuestro coito. Como antes, cambiamos de postura constantemente, variando el ritmo, tocándonos eróticamente en todos los lugares imaginables mientras permanecíamos unidos, y besándonos con una amplia gama de emociones. Sheila pareció disfrutar de media docena de orgasmos antes de que llegara el mío. Después de terminar y quedarnos jadeando uno al lado del otro, pregunté casi en un susurro: "¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo logras que dure tanto si no paramos? ¿Cómo logras tener tantos orgasmos en... antes de dejar que me corra?" Sheila tarareó de felicidad y respondió: «Es mi propia versión del sexo tántrico. Ninguna de las dos podría hacer lo q

