El corazón de Elisa rebosaba de un gozo especial, ahí estaba a un lado de su hermanito menor, con fortuna lo logró, pudo contentar a su hermano tras comunicarle que nunca tendrían sexo. Definitivamente lo convenció con las últimas dos cosas que le propuso. Aunque, la última propuesta ya la había pensado; y lo de que él escogiera en que aspecto basar su aprendizaje, era una cuestión improvisada. Por supuesto, tendría que cumplir lo que el hermanito eligiera, eso le ponía nerviosa pero no aterrada, nada le haría retroceder, nada podría hacerle fallar, su voluntad era inamovible cuando se trataba de proteger a su hermano menor contra los males del mundo. Tras varios besos más que Alex dio a su hermana en las mejillas, Alex se fue acercando a los labios de Elisa. «Que besos tan lindos», pensó

