Pero Dave se lo estaba tomando con ganas; y vaya, ¡parecía que estaba a punto de correrse, y justo ahí, en la v****a de su hermana! Eso no era lo que quería ver, y estaba lista para volver a hacer de animadora. ¡Claro que quería ver a mi amigo cogiéndole el culo a su hermana! Bueno, sí, no solo quería ver a Ashley recibiendo esa polla enorme de estrella porno por el culo; además, me gustaba la idea de que Dave usara mi semen como lubricante. Lo que eso significaba era que si tenía la oportunidad de hacer ese hat trick, y solo por casualidad, ¡no acabaría follándome una v****a llena de su semen! Fue una vista espectacular, sin duda, ¡y la fantasía que se desarrollaba en mi imaginación tampoco estaba nada mal! Fue entonces cuando apareció la Ley de Murphy. ¿Adivinen de quién fue el celular

