A pesar de todo, Alex no creía lo que decían Joel y Rodrigo. Él no veía en la actitud de María nada que indicara que ella gustaba de él. Era de hecho, una idea absurda e irreal. No valía la pena ilusionarse con mujeres así. Sin embargo, Alex admitía que María era un sol personificado, era simplemente una persona increíble y amistosa. A estas alturas podría decir que era su segunda hermana, o su mejor amiga. Ese día Alex salía de la escuela a lado de Violeta, Rodrigo y Joel. Si ese día Melissa hubiese ido a clases, sin duda estaría junto con ellos. Los cinco se habían vuelto inseparables. Y la insospechada amistad entre Violeta y Melissa sorprendió a todos, como un iluminado tesoro encontrado en el fondo de un abismo oceánico. Alex se alegraba profundamente por eso. Ese día le tocaba irse

