Las cosas finalmente eran casuales entre Anna y yo. Lo pasábamos bien siempre que estábamos juntos y cuando estábamos separados, cada uno seguía con su vida sin molestarse mutuamente. Podía notar que a veces a ella le molestaba lo casual y sin etiquetas que era nuestra relación, pero yo solo quería mostrarle que las cosas serían más fáciles si la manteníamos así. Quizás pensaba que yo tenía otras mujeres con las que compartía mi cama y no sabía cómo decirle que ella era la única mujer por la que sentía algo. Incluso cuando interactuaba con otras mujeres, podía notar su inseguridad. Sabía que ese era su día libre y quería hacerle algo bonito. Fui a su cabaña y toqué la puerta, con la esperanza de encontrarla. Anna abrió la puerta vestida con un vestido corto de verano que acentuaba todas la
