5. No es fácil... II

1669 Palabras
Capítulo 5. No es fácil ocultar la verdad. Parte II Reunión a las 7y 39 de la noche en la oficina del jefe... eso no era nada común. A simple vista podía decir que aquello no estaba claro, muchas veces en el transcurso de los dos meses que tiene trabajando en el piso diecinueve la habían llamado para reunirse con el jefe, pero nunca cerca de la hora de salida, y menos después de haber pasado una noche de pasión con él. Todas las chicas la miraban de reojo, ninguna de ellas recibió la misma notificación, algo que también era extraño, pues todas estaban luchando por el mismo puesto. Las que no fueran elegidas serían reubicadas en otro departamento de la empresa. De pronto una nueva notificación ingreso a su buzón era de Samuel Salcedo el eficiente asistente mayor del jefe. ** Señorita Piaggio, el señor Esquetini necesita hablar con usted. Tema confidencial, no debe hablar sobre la reunión con nadie en el piso. No le tomará mucho tiempo. S.S ** Samuel Salcedo el asistente de Alonso rara vez le enviaba un mensaje a ella. Brisa no podía hablar sobre él, lamentablemente ya les había preguntado si recibieron alguna notificación de presidencia, aunque no comentó que ella sí... pero por las respuestas supo que ninguna lo recibió, asi que ella era la única invitada a esa reunión. -- ¡Maldición... que hice para merecer esto...! – pensó y luego ella misma se respondió. Acostarse con su jefe... pues al fin de cuentas fue ella misma la que lo invito a acostarse con ella esa noche. El reloj marcaba las 7:10 de la noche, debió salir de la oficina hacia media hora, pero gracias a esta bendita reunión seguía allí. Todavía faltaban veinte minutos para la ingresar a la temida oficina de Esquetini. Brisa estaba nerviosa, ansiosa, no sabía qué esperar. De pronto su teléfono comenzó a vibrar, miró la pantalla, pero era un número desconocido. No iba a responder una llamada así, nunca lo hacía, así que decidió ignorarla, pero segundo después su teléfono nuevamente volvió a vibrar. Levantó la mirada y era el mismo número desconocido, sonrío sarcástica al pensar que alguien se estaba burlando de ella. -- Deben saberlo todo – murmuró cuando una tercera llamada ingreso a su celular. -- ¡Oh vamos! Esto es realmente una plaga – pensó, pero antes de que deje el teléfono en la mesita ingresó un mensaje en él. ** Bri, cariño, soy Franco. Necesito verte. Es urgente. Estoy en la recepción de tu oficina, pronto van a cerrar, no me dejes en visto. Por favor ** -- ¿Franco? No puede ser – susurró. Pero asi era él, Franco Cardenas estaba en la recepción, justo hoy. Su ex… su maldito e infiel ex, luego de querer comunicarse con ella durante todo el fin de semana y al no poder hacerlo, debido a que estaba bloqueado, decidió ir a la empresa donde trabajaba para aclarar el error... ese hombre en lugar de quedarse tranquilo y disfrutar lo que tenía con la amiga de su ex, quiso buscarla y aclarar la situación. Brisa sintió un calor que le subía por el cuello, recordando la imagen que apareció en la fiesta de promoción la semana pasada. -- Justo ahora no, por dios… justo ahora no – se repetía una y otra vez, mientras veía su teléfono y los minutos pasaban. Pero algo dentro de ella, probablemente su yo vengativa, le susurraba en su mente que debía bajar. -- Tengo quince minutos – se dijo y asintió. – Más que suficiente para despachar a ese infeliz – Brisa bajó. Al abrirse las puertas del ascensor lo primero que vio fue a él. Franco, con su look de “No creas todo lo que ves y soy inocente, aunque la realidad diga lo contrario”, giró al escuchar la puerta del ascensor abrir... su camisa estaba ligeramente abierta, el pantalón oscuro parecía arrugado, y esa barba de dos días que antes le parecía sexy y ahora le provocaba repulsión. -- ¡Bri! – le dijo al verla acercarse, su rostro mostraba una mezcla de arrepentimiento y alivio al verla ahí. -- ¿Qué haces aquí? – le preguntó ella cruzándose de brazos, no pensaba decir nada más, su puesto de asistenta estaba en juego y no quería un motivo más para su despido. -- Tenía que verte. Necesito hablar contigo, necesito que me escuches... aclarar todo lo que pasó. Intenté llamarte, pero mis mensajes no ingresan. Cariño no podemos dejar las cosas así. – Estas bloqueado Franco, ¿Qué esperabas? – le dijo ella tratando de controlar su rabia. -- Dejar las cosas así... ¿Así cómo? ¿Como cuando te metiste en la cama con mi “mejor amiga”? – la cara de Franco se descompuso. -- No es lo que piensas Bri… yo, nosotros… – Brisa lanzo una carcajada sin emoción, luego miró a ambos lados, se había prometido no hablar, pero al tenerlo frente a ella y tan hablando tanta tontería no pudo evitar responderle – -- ¿Y qué es lo que pienso, Franco? Ilústrame. Porque la imagen era bastante clara en la pantalla. Esas imágenes eran de tu departamento, esa cama la conozco muy bien, y tu cuerpo, no seas hipócrita, no te queda... estaban desnudos besándose y esa sonrisa. Esa sonrisa de satisfacción que no creo haberte visto antes Franco, pero está bien... quédate con ella, yo no te quiero más – -- ¡Cariño! – -- ¿Cariño? No seas tan descarado hombre, el mensaje estaba claro para mi… “me quisiste joder y lo conseguiste” – Franco dio un paso hacia ella. -- Todo fue un error. Las cosas no pasaron como se pintan, no como tú crees. Ella… ella estaba mal. Y yo también... – -- ¿Tú también qué? ¡por favor! ¿Ahora me dirás que estabas tan triste que se te cayó la ropa y tu pene se metió accidentalmente dentro de la v****a de alguien… ¡ups! No era de cualquiera verdad... tenía que ser en la p uta v****a de mi mejor amiga – -- ¡Brisa! – -- ¡No levantes la voz! Respeta mi lugar de trabajo – le dijo ella, aunque después de las palabras que había utilizado allí, si algún superior la escuchaba lo más seguro es que fuera amonestada, la mayoría ya había salido de allí, además de la recepcionista no había nadie en la recepción, Brisa observó su reloj, no tenía mucho tiempo para su reunión con el jefe, y este mujeriego idiota de su ex la estaba deteniendo. -- Solo quiero que sepas que estoy arrepentido, no tienes idea de cuanto estoy sufriendo por eso – le dijo él bajando su voz. -- ¡Ja! – -- Es verdad Bri, no sabía cómo decírtelo. No quería herirte... – -- ¡Pues te quedó perfecto! – ironizó ella. -- Lo hiciste tan bien que hasta se hizo público. ¿fuiste tu quien envío esa imagen? Porque si fue asi, no pensé que cayeras tan bajo – le preguntó y él negó con un movimiento de cabeza. -- Entonces sino fuiste tú, debió ser ella – Brisa comenzó a aplaudir molesta. Franco abrió la boca para responder, pero otro personaje apareció en escena. -- Bri, cariño… no seas tan dramática. No te queda bien hacer estas – Brisa no necesito girar para saber quién había llegado a la empresa, pero giró por educación. Y tal como lo esperaba, ahí estaba Luna su ahora ex mejor amiga. Vestida con un vestido ajustado al cuerpo y con su sonrisa venenosa caminó hacia ella, Brisa podía oler ese perfume caro que siempre usaba como si pudiera esconder la podredumbre que tenía en su interior. -- ¿Dramática? – le repitió Brisa furiosa. -- ¿Tú me estás llamando dramática? – preguntó mientras aplaudía. -- Vamos mujer fue solo sexo, no matamos a nadie que yo sepa ¿o sí? – le dijo Luna con indiferencia, aunque abrió los ojos asombrada al ver el cambio en su rostro. la Brisa que era su amiga, siempre estaba perfecta, con un maquillaje ligero, pero maquillaje al fin, siempre bella y adorable, pero esta vez estaba con unos lentes que recordaba hacía muchos años no utilizaba, sin una gota de maquillaje y con un conjunto que parecía ser parte del mobiliario de la empresa. Luna frunció los ojos, verla asi le confirmaba que quizás la había tumbado más de lo que imaginaba, sintiéndose en ese momento una triunfadora, al menos esta vez consiguió mostrarse más hermosa que ella. Por el contrario, Brisa sin darse cuenta de su nuevo look quería gritar que era a ella a quien habían matado en su interior, pero no lo hizo, debía mantener la compostura si aún esperaba que la contraten como la asistente del nuevo CEO. -- ¿De verdad vas a hacer una telenovela por eso? – siguió Luna con el rostro fruncido. -- No estoy haciendo ninguna telenovela Luna, pero… ¿sabes lo que me duele más en realidad? – le preguntó Brisa dando un paso hacia ella. Mientras que su ex amiga levantaba los hombros provocándola. -- Que yo a ti te consideraba una hermana, eras mi mejor amiga. Siempre te contaba todo, más que a Sol, o a Mia. Conoces todos mis miedos, mis sueños, mi deseo de casarme con este pobre infeliz – se detiene para intentar aguantar las lágrimas, no iba a llorar delante de ese par. -- ¡Y aun así lo hiciste! Te metiste con el novio de tu mejor amiga, nada te importó... yo no te importé – -- ¿Y tú qué? Siempre tan perfecta… tan buena… tan… – iba a decir hermosa, pero por alguna razón en ese momento ya no le pareció que eso fuera así. -- Tan todo – terminó de decir Luna con una mueca torcida. -- ¿Eso que tiene que ver con lo que hicieron? –
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