–Puedes quedarte conmigo– dijo y me dio una mirada llena de seguridad.
–Ha – hablas enserio? - pregunte dudosa y muy sorprendida. Louis bebió de su café.
–Claro– dijo luego de tragar. Pasamos la noche hablando de cualquier tontería, realmente era muy divertido y no había algo que no le sacara una broma, en cuanto terminamos caminamos a su apartamento era bastante grande y espacioso, sin olvidar lo elegante.
–No sabes cuánto te lo agradezco Louis– dije y me quité la cazadora negra. Louis lo tomo y lo guardo en un armario cerca de la puerta.
–No te preocupes, ven te enseñare en donde dormirás esta noche– dijo y camino por un pasillo, llegamos a una habitación bastante simple: una cama, mesas de noche a ambos lados, un armario vacío, y el baño. Supuse que esta no era su habitación. Gracias a Dios… - vas a dormir ya? - pregunto sin quitar esa dulce sonrisa. No sabía que alguien podía sonreír tanto , quizás porque convivo con el señor amargado
–Mmm no lo sé– dije y miré a todos lados. - tú lo harás? - pregunte. Mi estomago gruño eh interrumpió a Louis; recordé que no había cenado nada.
–Quieres un emparedado antes de dormir? - pregunto divertido, asentí un poco avergonzada y ambos salimos de la habitación. Louis me preparo un rico emparedado junto con una chocolatina de pronto su teléfono comenzó a sonar, se acercó al desayunador y lo tomo en sus delgados dedos. - es Harry– me informo. - no hagas ruido lo pondré en altavoz– rio y llevo uno de sus dedos a mis labios y con la mano libre contesto la llamada.
* llamada telefónica *
-¿Hola? - respondió Louis y me miro.
–Louis, haz visto a Maddie? –Se escuchó a Harry decir muy preocupado, casi se me sale el corazón. Estaba preocupado.
–No, por qué? - mintió y me miro de nuevo, seguido de un guiño de ojo.
–llame hace unos veinte minutos y me contesto su hermano Josh diciendo que había dejado su teléfono en casa, es decir que aún no ha llegado– dijo. Oh si mi teléfono, lo olvide. – ya le di una vuelta entera a la manzana y no la encuentro por ningún lado, no sé qué hacer estoy al borde del pánico– se escuchó que bufo y luego suspiro. Oh, mi Harry… mire a Louis sin saber que hacer y el negó con la cabeza.
–hermano cálmate, quizás esta con alguna amiga o … amigo– dijo como si nada.
–Maddie no tiene amigas y mucho menos amigos– refunfuño a través de la línea. Auch, pero cierto.– bueno si sabes algo de ella llámame, adiós– dijo y corto la llamada
***
–esta que se hace en sus cargos– bromeo Louis. – no te preocupes debe de aprender a valorarte– me dijo un poco serio.
–sí, es verdad– respondí y era la verdad. – él me ha dicho que tengo que aprender a respetarlo– hizo una mueca.
–quizás si– rio Louis. – pero por ahora hay que dejar que sufra un poco– me guiño el ojo y no pude evitar reír. –lista para ir a dormir? – me pregunto levantándose del taburete, yo hice lo mismo.
–sí, Buenas noches y gracias por todo Louis– le dije con toda la sinceridad del mundo. Llega a la habitación que me había indicado antes.
–vale– sonrió. – te daré unos boxes y una camiseta para que duermas tranquila– me dijo y camino hasta la que parecía ser su habitación, no tardo ni un minuto y me entrego ambas cosas. – buenas noches– se despidió antes de darse la vuelta eh irse. Cerré con llave, solo por si acaso. No desconfiaba de Louis, solo era una paranoica. Seguramente en un terremoto me iba a morir por siempre estar tan encerrada.
Me puse la cómoda ropa de Louis y me dejé caer en un muy tranquilo sueño.
A la mañana siguiente maldije al sol mentalmente ya que podía sentirlo hasta con los ojos cerrados, la luz se traspasaba por mis parpados jodidamente delgados. Camine hasta el baño y lave mi cara, deje mi cabello suelto ya que no era una maraña. Me pare en la puerta para escuchar algún sonido, pero nada, quizás Louis seguía durmiendo. Decidí que debía hacerle algo de desayunar por lo genial que había sido conmigo, Sali de la habitación y llega hasta la sala en donde me quede helada.
–Maddie?, ¿que haces tú aquí? – me pregunto Harry! quien se encontraba sentado en el sofá de Louis, ¿que hacía allí el? oh no!
–Harry– fue lo único que pude decir, él se puso de pie muy sorprendido, me miro de pies a cabeza y frunció su ceño, seguramente porque llevaba la ropa de Louis. Iba vestido con unos pantalones ajustados y una camisa blanca elegante, sin americana. Puso sus dedos en el puente de su nariz y cerró los ojos con fuerza.
–y bien? – pregunto sin verme. – me vas a contestar o no? – pregunto con la mandíbula tensa.
–yo, yo… no– me quede muda, no sabía que decir, Harry estaba que hervía del enojo.