Adriana Davis
Adriana Davis
¿Qué había hecho?
Cuando entré en esta celda sabía, lógicamente, que me enfrentaría a un hombre alienígena. Uno grande, sin duda. Guapísimo. Un auténtico bombón s****l de ojos oscuros que me atravesaban y me hacían sentir desnuda.
No, que me hacían querer estar desnuda. Con él.
estar —Hola, soy Adriana.
Él entrecerró los ojos. No se movió, ni siquiera parpadeó.
—¿Me oyes?—Cuando le había oído rugir antes, todo en mi interior había implosionado. Todo pensamiento racional desapareció. En un momento había estado prestando atención literalmente a todo, desde el brillo del extraño suelo liso hasta las luces de formas extrañas. ¿Y al siguiente? Tenía los pezones duros y me palpitaba el corazón. Empecé a temblar de pura lujuria y necesidad como si yo fuera la al
