4.

1396 Palabras
Mila’s POV -Te quejabas de mí y tú ya llevas media botella de vino a las nueve de la mañana.-Dijo Adrián entre risas y por poco le estrello la botella encima, tanto que prefirió cubrirse para no salir herido y me fulminó con la mirada.-¿Te levantaste con el pie izquierdo o qué mierda? -Eres un maldito insensible, ¿es que no has visto la fecha?-Pregunté y él miró el calendario en su teléfono, para posteriormente mirarme avergonzado. Se acercó a mí, sentándose en el escritorio y me miró. -Bien, tienes razón, soy un maldito insensible. ¿Por qué no nos tomamos el día de hoy libre de trabajar?-Preguntó y enarqué una ceja.-Vámonos a la playa y nos pegamos tremenda borrachera. -Adrián, hoy tienes una reunión con Hinestroza, ¿es que no lo recuerdas?-Pregunté y él abrió los ojos como platos, creo que no lo recordaba y era el colmo, no podíamos evadirle una cita a ese tipo o nos comería vivos. Hinestroza, era el mejor escritor de nuestro grupo, era exclusivo y de los mejores autores latinos del momento, tiene novelas de terror que nos han ayudado a ganar miles y mi precioso y bello hermano, se le ocurre olvidar una cita con él, quién tiene un genio terrible a pesar de tener sólo mi edad y claro, es aterrador, se parece a los libros que hace y siempre viste con capas, túnicas, botas pesadas y a pesar de ser trigueño, se le notan más las ojeras que a un pálido enfermo, así que bueno, no era una persona que convenía enojar en ningún sentido y más, cuando él mismo sabía lo valioso que era para nuestra compañía. -Mierda, olvidé traer mi biblia hoy.-Dijo persignándose y exhalé, tenía razón, el tipo tenía un mal aura, algo tenebrosa y cuando viene a mi oficina los viernes, debo encender incienso porque también apesta un poco como a… no sé, es una mezcla de cigarrillos, ropa guardada y también, huele como a comino. Espero que jamás me abrace o tendré que incinerarme la piel, porque una vez que abrazó a Adrián, apestó su chaqueta como a humedad y ese olor jamás se fue. Debería bañarse, gana lo suficientemente bien como para pagarse el servicio de agua y un buen jabón o así sea detergente, por favor. -Tráete es una mascarilla antigases y por favor, una aspirina, como que me cayó mal el vino y me duele la cabeza.-Dije y de inmediato se levantó para buscarme la pastilla. Él siempre había sido muy atento conmigo y a pesar de que peleemos, Adrián es mi mejor amigo y a quién le cuento todo, porque no soy una mujer de muchas amistades, básicamente no tengo, no sé bien por qué y mis amigos, son básicamente mi familia, las empleadas o los propios escritores, nadie más. Bien, exhalé. No me podía quedar bebiendo ni mucho menos, debía tomar una ducha para bajarme la ebriedad, porque soy pésima bebedora y regresar repuesta al mediodía porque había mucho por hacer, así que regresé al edificio, estacioné y subí por las escaleras. Ya se me estaba pasando porque había bebido solo dos copas, pero por la falta de costumbre, se me subieron muy rápido a la cabeza, pero ya me estaba sintiendo mejor. Pensaba en mil cosas mientras subía por las escaleras, como que hace mucho tiempo que no salgo con nadie, años y creo que no lo volveré a hacer, ya como que me rendí. ¿Cómo se supera la muerte de la persona que amas? ¿cómo puedes avanzar como si nada y si es que algo de su memoria o energía sigue acá en la tierra, podría verme siguiendo con mi vida y eso estaría bien? Han pasado miles de cosas por mi cabeza desde que Camilo se quitó la vida y lo peor, sería la forma en que lo hizo y el por qué, los motivos. Camilo se quitó la vida, para evadir ir a la cárcel, porque yo sin saberlo, estaba saliendo con una persona cuya familia evadía impuestos, lavaba dinero y la dichosa petrolera, era la forma de lavar todo el dinero que tenían y cuando este escandalo se hizo público, alterando a media ciudad y peor, a mi familia, Camilo sin pensarlo dos veces, se colgó, en la casa que yo había comprado y fui yo lógicamente quién lo descubrió. No puedo ni describir ese momento ni los días posteriores, porque no hay palabras que describan el dolor que sentí, nada sería suficiente, porque fue como morir en vida y es por eso, que dejé esa casa botada sin recoger nada y me mudé a este edificio, lo suficientemente lejos de ese vecindario en el que alguna vez vivimos y acá, era un buen lugar para pasar desapercibido y sobre todo, para olvidar, comenzar de cero, porque no era un lugar ostentoso ni mucho menos, era bastante normal y aunque mi familia cuestionó mucho mi decisión, el por qué me mudé de la que era mi casa propia y la vendí sin pensarlo, pero era lógico el por qué lo hice, jamás podría pisar de nuevo esa casa, no con todo lo que ocurrió, pero ahora, donde vivo, he podido sanar al menos un poco y me gusta el lugar, el apartamento es bastante grande, demasiado para mí sola, pero me da paz y aún cuando estoy segura en este punto de mi vida, que no estoy interesada en empezar de nuevo con alguien después de lo que me ha tocado vivir, como la muerte de Camilo, mi anterior relación en que me engañaron horriblemente y mucho más atrás, de niña, una ruptura que para otros no habría sido importante, pero que para mí lo fue todo y después de ahí, me ha ido pésimo en los asuntos amorosos y en verdad, ya no lo quiero intentar, no cuando siempre termino lastimada yo, porque Camilo pudo tomar otra decisión, pudo ir a la cárcel, porque él no tenía depresión ni nada que justificase lo que hizo, lo conocía tan bien que sabía que no lo hizo por eso, sino por cobardía, era preferible eso que a pasar unos años tras las rejas y más, sabiendo que sí debía hacerlo, porque él sí participó en los actos de su familia, él sabía todo y las posibles consecuencias, que podría ir preso, pero escogió la salida fácil y con los años que han pasado, no sé si deba odiarlo hasta más no poder por su decisión, por irse de esa manera sin importarle lo que me dolería, por evadir de esa manera la ley, sabiendo que sí debía ir a la cárcel, que me mintió muchísimo tiempo y ahora todo empezó a tomar sentido, sus viajes sin explicación, su constante miedo a su familia, al que tuviese tantos abogados y contadores, escoltas, todo tomó sentido después y me sentí tan estúpida, pero a la vez, tan destruída, porque jamás esperarías que la persona que decías amar te mintiera tan vilmente, que lo hubiese hecho desde el principio para que al final te dieras cuenta de que no lo conocías, no tenía idea de quién era él, fue todo una ilusión y salir a flote luego de eso, era algo que me costaría una vida y ahora que lo logré, no pienso volver a decaer por nadie, es por eso que me rendí. Sí, estaría sola, a la mierda. Pero eso no quiere decir que no duela. Subí entonces a mi piso, el último, porque yo prefería tomar siempre las escaleras al no tener nada de tiempo para ejercitarme y cuando me iba acercando a mi apartamento, que es justo el último, un montón de cajas y cosas me impidieron pasar y miré, estaba la puerta abierta del apartamento contiguo, un par de niños muy pequeños jugaban con las cajas y me saludaron, sonreí. Supongo se habrá mudado por fin alguien al apartamento de al lado que siempre estuvo deshabitado desde que llegué. Ojalá no sean ruidosos, pero bueno, era preferible tener a una familia viviendo al lado que a un tipo como Hinestroza, eso sí que no porque me vería obligada a sellar su puerta con él adentro. Suspiré y como pude, pasé sobre las cajas y caminé hacia mi apartamento, con el par de niños despidiéndose tras de mí. Creo que tendré que conseguirme uno o dos gatos. 
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