OLIVIA
Lentamente voy abriendo los ojos. Siento un punzante dolor en la cabeza y hago una mueca. '¿Dónde estoy?' me pregunto sin poder encontrar una respuesta. Estoy sentada en una silla mecedora. De a poco me levanto y lo primero que noto es que esta no es mi habitación.
Es un cuarto de bebé.
Pero no es el de mi bebé; las cosas están destrozadas: la cuna partida a la mitad, una cajonera rota con ropa de bebé esparcida por el suelo, también hay peluches tirados. Tomo en mis manos uno de conejo y lo abrazo, pensando en mi bebé. ¿Dónde está ella? ¿Está bien? Ya no tengo mi vientre de ocho meses, eso significa que ya nació, pero... ¿está viva?
Mi respiración se agita y miro a mi alrededor esperando encontrar una explicación a lo que está pasando. Lo último que recuerdo es la sangre salien
