Habían pasado tres días desde que Cristi y Misi descubrieron la verdad, pero las razones, que llevaron a Gor a engañar a la pobre chica tan despiadadamente todavía no estaban claras para Cristi. En un principio, ella quería lograr un encuentro personal con Gor, supuestamente para un artículo de la revista, pero su secretaria afirmó categóricamente, que el señor Celin no concedía entrevistas. Luego se encontró, como por “casualidad”, con su jefe de seguridad, pero resultó ser mucho más inteligente e inmediatamente la descubrió, y detuvo todos los intentos de averiguar algo. Pero Cristi no se rindió, porque era una periodista, lo que significaba, que tenía que llegar hasta el final. Por lo tanto, tomó medidas extremas. Apareció en la oficina de Lex.
— Buenas tardes, Sr. Nortis, — dijo la ch
