Capítulo 20

873 Palabras
- Ábreme , simio gilipollas.-Responde de la forma mas borde que ha podido. *** * Punto de vista de Manuel *    -¿Qué haces? -Pregunto sin levantar el dedo del botón del micrófono con cierto tono de desconcierto. -Montar a caballo, no te jode, ¿tú que crees? -Contesta en tono sarcástico y con seguramente lo ojos en blanco. -No, digo que porque mierda estas aquí, borde.-Respondo pasandome la mano por el pelo. -Porque, igual, cerebro mosca, le has dicho al de geografía que iba a estar aquí y como descubra que no, muero decapitada con un globo terráqueo.-Contesta, aún irónica. A veces si que es insoportable, j***r. Pulso el botón de la pequeña llave para que la puerta se abra después de un pitido y oigo como Clara entra. Medio minuto después, mas o menos, oigo unos golpes en la puerta. -¿Contraseña? -Pregunto, pegando el lado derecho del rostro a la madera de la puerta. -Gilipollas ...- Oigo que murmura por lo bajo, creyendo que no la oigo. -Esa no es.-Respondo conteniendo la risa y sin despegar la cara de la puerta. -Ábreme o te dejo sin descendientes.-Espeta dando una patada suave en la parte baja de la madera, cerca del suelo. -Vale, pero no te abro porque lo hayas dicho tu, si no porque yo quiero.-Puntualizó acercando la mano a la manilla dorada y abriendo la puerta, dejándola entrar. -Tu retraso es inigualable, no te lo tomes como alago.-Bufa de mal humor, cabizbaja. -Como mi belleza.-Digo mirando hacia un falso foco como en una obra de teatro. -Ya, dejando tu lado cómico a un lado, ¿me das agua? -Me pregunta alzando una ceja y mirándome por primera vez desde su llegada, clavandome su mirada ojiverde en la mía castaña. -¿Palabra mágica? -Pregunto incitándola a que conteste. -¿Esternocleidomastoideo? -Me pregunta inclinando la cabeza hacia delante sin apartar la mirada. -Esa es demasiado larga.-Contesto con obviedad. -¡JA! ¡Entonces "tu retraso" tampoco se puede! -Exclama riéndose de su ocurrencia. Parece una niña pequeña que acaba de meter un mate por primera vez. Que gilipollez lleva encima. -No, imbécil. -Ag, ¿por favor? -Me cuestiona ahora con la ceja aun levantada y aun con la cabeza inclinada hacia delante. -No, tampoco es esa.-Niego cruzándome de brazos y apoyando todo mi peso en una pierna. -¿What? ¿Me estas vacilando? -Pregunta ahora con el desconcierto reflejado en su bello rostro. Un momento. ¿¡HE DICHO BELLO !? ¿¿¡¡BELLO !! ?? Dios, se ve que he dormido menos de lo normal. No se que me habrá echado mi hermana en el desayuno para que haya dicho eso, pero le debería decir que no tiene gracia. -Es "hidratante" .- Respondo con una sonrisa torcida. -Tu te caíste de la cama al nacer, ¿no? -Pregunta con tono un poco divertido.-Y si, ya se que soy muy bella, ahora dame agua. ¿¡LO HE DICHO EN ALTO !? -Sí, lo has dicho en alto, al igual que esto, imbécil.-Responde a mi pensamiento. -Coño.-Maldigo por lo bajo, abriendo de forma lenta la puerta. -¿Hidratante? ¿No había una palabra mas normal? ¿Y qué, ahora para llegar al salón tengo que decir champú o cómo? -Pregunta con los ojos bien abiertos y una ceja en alto. -No sería mala idea ... ¿palabra mágica para entrar en el salón? -Respondo con una media sonrisa. -¿Champú? -No. -¿Qué? ¿Cual es? -Pudinga.-Respondo entre carcajadas. -¿¡Pudinga!? ¿A ti que te pasa en la cabeza?-Pregunta, ahora riendo desconcertada y echando una rápida mirada a toda la estancia antes de volver a fijarse en mí. -Nada... Según mi madre... -¿Está tu hermana?-Pregunta alzando las cejas y pillandome desprevenido. -No, ¿por?-Pregunto ahora yo confundido. -Porque así la visita sería mas soportable con otra chica por aquí.-Responde pasándose la mano por el pelo. -Oye, que yo soy muy agradable, eh.-Digo fingiendo ofensa en tono divertido. -Si, si, tan agradable como que te echen sirope de arce por la espalda dentro de la camiseta.-Bufa riendo. -Ah, buena idea, la apuntaré. *Clara's Point of View* Este tío es mas retrasado y no nace. -j***r, calla.-Espeto poniéndome nerviosa, ¿por qué? Ojalá lo supiera, solo sé que este chico me saca de mis casillas. -Veo que hoy no has tenido un buen día, eh.-Contesta con una sonrisa arrogante en el rostro. -¡Ah! ¡Sí! ¡Al llegar a casa y abrir el armario me he encontrado con Narnia y un unicornio que vomita hamburguesas, solo que eran de pollo y no de carne! ¡Por eso estoy cabreada! Gilipollas...-Exclamo como gesticulando mucho con boca y manos, excepto lo último que lo he dicho entre dientes, y, que al parecer, a través de sus castaños ojos veo que le ha molestado quizás un poquito. -Si que eres borde cuando quieres.-Dice ya en un tono mas áspero que me raspa la garganta solo con la idea de pronunciarlo y me hace levantar la mano, acariciandome un poco el cuello. -Sí, solo cuando quiero, con la gente que quiero.-Contesto con veneno en cada una de mis palabras, queriendo que le duela. Se queda callado, mirando hacia sus cordones, pensado, aturdido. Puedo ver la parte alta su cabellera castaña enfrente mío, hasta que decide alzar la mirada con una mirada que rebosa odio. Entonces, creo que es el momento de preguntarle: -¿Por qué me odias y chantajeas?-Cuestiono entrecerrando los ojos e inclinando un poco la cabeza, como un policía ante un asesino, buscando el mínimo gesto o movimiento que demuestre fragilidad o flaqueza. Entonces, él también entrecierra los ojos, pensando la mejor forma de contestarme, buscando mis pensamientos en mi verde mirada. -Yo nunca he dicho que te odie.-Responde, dejando me atónita, como si me acabasen de revelar el secreto mas preciado y mejor guardado del universo.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR