Capítulo 15

938 Palabras
* Punto de vista de Manuel *    Aplasto la foto entre mis dedos. ¿Por qué lo habrá hecho? Miro hacia atrás y veo a mi hermana con el hombro apoyado y los brazos cruzados, con una sonrisa socarrona en la boca. -Es muy lista.-Dice sin dejar de sonreír. -Demasiado ...- Finalizo yo. Rompo la foto en mil pedazos (Bueno, mil tal vez no) y los suelto, haciendo que caigan al suelo y subo a mi cuarto, haciendo que mis pies golpeen con fuerza en los escalones. Entro en mi cuarto, visualizando las paredes azules y cierro de un portazo. * Punto de vista de Clara *    -¡CORTEN! -Exclama el hombre de barba negra con algunas canas, y gafas de sol que me impiden ver su rostro completo. Llevo aquí toda la tarde. Es un anuncio de dos minutos sobre una compañía de teléfonos, pensé que tardaríamos menos. -¡Clara! ¡Buen trabajo! ¡Ya puedes irte! -Exclama el mismo hombre, el cual miraba unos papeles. Agarro el teléfono, el mío, llevo no se cuanto tiempo cogiendo móviles de dueño desconocido. Salgo despidiéndome con la mano y guardando el dinero que me han dado en la cartera del bolso, pues, pedí que me pagasen en efectivo. Me voy al coche y me meto en el asiento delantero arrancando a toda velocidad. Tengo una hora para encontrar todo. Se puede. En cinco minutos llego al edificio de paredes de espejo, cristales de color verdoso con un cartel en el que pone "CC". Cojo mi cartera y mi teléfono ya toda velocidad cierro el coche y corro como si me fue la vida en ello, recorriendo el pavimento con rectángulos, alguno ocupados por coches hasta llegar al suelo de baldosas, atravieso la puerta automática de cristal y me adentro al edificio lleno de tiendas. Corro esquivando a gente hasta una de vestidos. Dios. Todo es tan bonito. Y tan caro. Espera ... ¡Yo no pago! * Insertar foto mía con cara diabólica * Voy mirando entre las perchas, vestidos y más vestidos, rebuscando entre baldas y colgandome algunos por la percha del brazo. (...) Es perfecto. Un vestido coral anaranjado. Sin mangas y con un corte de ángulo recto y que llega al cuello. Pegado al cuerpo de cintura para arriba y suelto de ésta para abajo. ¿Zapatos? Tacones dorados con plataforma. Bolso, una pequeña cartera también dorada. Collar, una lamina dorada colgada de una cadena. He sido la ultima que se ha ido del centro comercial, pero lo he conseguido. Ahora mismo me dirijo al coche por el parking vacío donde lo único que no es pavimento es mi automóvil. Otra escena de película de miedo. Bueno, si me matan, que no manchen el vestido y así me lo pongo para mi funeral. Me adentro al coche y me voy en dirección a mi casa pisando el pedal de acelerar. (...) -¡GIME! -¡NO! -¡HE DICHO QUE GIMAS, COÑO! -¡QUE NO CLARA! -Vamos a sacar la artillería pesada ... ¿Te acuerdas que cuando abriste a mi hámster en canal y yo le dije a mamá que se me había escapado para que no te metiesen en un puto psiquiátrico? -Le recuerdo con una sonrisa diabólica a mi hermano, el que esta atado a una silla de la cocina, la cual esta volcada, entonces su espalda esta contra el suelo, con una rodilla sobre su estomago y con una grabadora de voz a centímetros de su boca. -Mierda.-Suelta entre dientes. -¡GIME! Mi hermano suelta gemidos hacia la grabadora de voz, son mas falsos que el muñeco de hámster que abrió en canal en vez de a mi mascota, a esa la perdí la semana anterior a eso, peero ... El no lo sabe. Cuando ya tengo bastantes gemidos masculinos para mi plan de venganza, me levanto y me voy a mi cuarto dejando a mi querido hermano en el suelo atado. Vendetta  doble. Engancho a través de un cable la grabadora a mi ordenador y me meto en el editor. Necesito que esos gemidos se parezcan a los de Manuel. Pero no se como es la voz de Manuel ... Cojo la grabadora y el móvil y busco su numero de teléfono. Un momento. ¿Por qué mierda tengo su número de teléfono y de donde lo he sacado? A ver si podéis contestar gente perversa de mi mente. Lo marco y suenan tres pitidos hasta que una voz que parece que echa humo contesta. -¿¡QUÉ QUIERES !? Pongo el altavoz para poder grabar la conversación. -Me da que ya has visto la foto.-Digo divertida. Pulso el botón rojo de grabación. -¡DÉJATE DE PUTAS BROMAS! ¿¡PARA QUE MIERDA LLAMAS!? - Grita, tengo el presentimiento de que echa fuego por la boca. Me dan pena sus vecinos ahora mismo. Ya tengo su voz grabada. -Bueno, adiós. -¿¡COMO QUE AD ...!? - No termina porque cuelgo el teléfono antes de que finalice. Le he dejado cabreadísimo. Perfecto. Pongo la grabadora en  Play  y la comparo con los gemidos de mi hermano. Mi hermano tiene la voz una octava más aguda que el gorila. Tengo que editarla para que se parezca. (...) Ya tengo los falsos gemidos de Manuel en un USB y éste guardado en un cajón. Gorila. Diez miedo. Mucho mucho miedo. Me levanto estirando la espalda y camino en dirección al baño, donde me pongo frente al espejo y visualizo mi reflejo. Me quito el poco maquillaje que me puse esta mañana el cual se había corrido un poco y me hago un moño deshecho y salgo de allí seguidamente poniéndome un pijama. Cojo el teléfono para mirar si tengo alguna notificación a parte de las diecisiete llamadas perdidas del gorila que llevo ignorando desde hace rato. Al contestar a los mensajes de histeria de Eva de querer saber lo que ha pasado en casa de Manuel me meto en mi bello y cómodo palacio de edredones turquesa, envolviendome con ellos. Ahora dieciocho llamadas .-  Pienso al oír otra vez mi tono de llamada que suena gracias al gilipollas.   Me lo voy a acabar sabiendo de memoria. Me acurruco entre mis edredones y sabanas y ahí es cuando empiezo a quedarme dormida.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR