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Nick
—Tengo dos hijos, acabo de enterarme —digo y la mujer lleva las manos a su boca.
Le cuento lo sucedido, sin dar los detalles significativos.
—Es comprensible que se niegue a que vea sus hijos —dice la mujer —, y que le haya pedido que demuestre que realmente le importan, la decisión del abogado es algo drástica a mi parecer —dice ella.
—No podre acercarme a ellos, si no puedo verlos —declaro y miro los árboles —, son dos años… he perdido dos años, contando los meses en que los niños crecían en el vientre de Alaia, no soy tan paciente —expreso y ella asiente.
—Por ahora podría acercarse a ellos de otra forma —explica y me vuelvo a verla con interés—, puede demostrarle a la madre que los niños le importan enviándoles algo especial —levanto una ceja en su dirección.
—Un
