Una diosa

1827 Palabras

- - - - - - Alaia Mi teléfono suena y lo busco en la casa, no recuerdo donde lo deje, el sonido me lleva al recibidor, me apresuro a tomarlo antes de perder la llamada, es de un número privado, por lo cual contesto rápidamente. —Buenas tardes, señorita Russell, estoy llamando del despacho del Ministro Lander, debemos confirmar su presencia en la cena de este viernes, la invitación fue enviada la semana pasada —habla el asistente del ministro. —Cena, este viernes —repito sus palabras y camino hasta el despacho, donde seguramente está mi correspondencia. Busco en los papeles hasta que encuentro la tarjeta que imagino es la invitación de parte del ministro de la cual no tenía idea. —Si la recibí—respondo intentando no demostrar que no tenía idea de la invitación. —Perfecto, el min

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