- - - - Alaia Salto de la silla alta y corro para salir del restaurante. —Envíeme la cuenta, Roberto, gracias —digo antes de pasar la puerta e ir en busca de un taxi. Mi mente está vuelta loca, el plan de Nick y todo lo que le rodeo, su padre está vivo, su abuelo es un infeliz, es, es una locura, Nick nunca ha dejado de amarme y yo… yo estoy a punto de casarme. Cuando llego a la casa, veo a través de la ventana de auto que Tino y Ash están en la entrada, Tino tiene las manos en las caderas y Ash, sostiene a mis hijos. —Sylvia, paga por el servicio, por favor —pido cuando estoy cerrando la puerta del vehículo y camino para acercarme a los cuatro que me esperan. —Mis amores —acaricio sus mejillas y ellos apenas se dan cuanta de que soy yo. —¡Mami! —Alana sonríe y ambos se lanzan

