La cálida noche estrellada coronaba en su trono inmortal a una luna llena de brillante manto plateado. Un suave y gentil viento atravesaba el lugar, recorriendo el cuerpo de la hermosa mujer de mirada nocturna con su tacto otoñal, lo cual servía para aliviar el calor que se apoderaba de la piel de ella. Cuando salió del lujoso vehículo escoltada por el hermoso Dios mortal, vistiendo aquel impactante vestido propio de una reina de la noche, la multitud de fotógrafos alrededor de la entrada principal comenzaron a captar su imagen con los gatillos de las cámaras. Danika trago duro, mientras intentaba dar un paso hacia atrás para alejarse de ellos, de aquel mundo que le resultaba tan ajeno. Sin embargo, su suave y cálido cuerpo chocó contra algo, mejor dicho contra alguien. —Tranquila, Va

