Encuentros

1394 Palabras
Encuentros Catalina llegó a primera hora a la oficina, apenas llegó fue abordada por Peter Wilcox. —¡Hola tesorito! Ella volteó los ojos en redondo hastiada de aquel hombre y su trato hipócrita. —¿Qué quieres Peter? Estoy apurada, ¡tengo mucho que hacer! Él la miró con ironía y respondió: — ¿Ya dormiste con mi primo? Me contó que te quiere en su cama y que no descansará hasta lograrlo, si quieres puedo darte unos tips para que lo alejes definitivamente. —¡No necesito de tí para quitarme a los hombres de encima, se defenderme sola, con tu permiso!— siseo ella con voz cortante. — ¡Ay por favor! ¡Si antes de mí, no levantabas ni un mal pensamiento, eres lo más aburrido que he conocido en la cama querida!— dijo él lo más hiriente posible. — ¡Y tú eres un malnacido! ¡Quítate de mi camino!— exclamó ella. Lo empujó con fuerza haciendo que él retrocediera y casi cayera al suelo, Peter, se sintió bien molestando a Catalina, sonrió satisfecho, «¡mientras pueda voy a hacerte la vida imposible a tí, creída del demonio!, se dijo. Catalina se sentía impotente ante este nuevo ataque de su ex, si esto seguía así no podría seguir trabajando en esa corporación, entre Peter y Evan la iban a volver loca. Necesitaba pensar en algo para quitarse de encima a éste hombre, ya vería qué hacer. Esa mañana Evan llegó pasadas las dez de la mañana, apenas llegó, pulso el botón para preguntar si había algo de urgencia para él, ella respondió a sus preguntas lo más calmada posible, no quería más enfrentamientos en la oficina con él, de ningún tipo. Los días transcurrían lo más normal posible para Catalina, cada mañana evitaba encontrarse con Peter, así que ideó salir más temprano para estar por lo menos diez minutos antes de que esté hombre llegara, también Evan había estado distante y frío, solo le hablaba para cuestiones de negocios y trabajo, ella sentía bastante incómoda y tensa evitando principalmente a Peter. Una mañana cualquiera lo encontró en la cafetería y de inmediato se acercó a importunar. — Sé que todo éste tiempo me has evitado, tesorito, hasta que por fin logré encontrarte— dijo con una sonrisa de satisfacción. — ¿Qué te propones con ésta persecución Peter? ¿Quieres amargar mi vida? Que yo sepa, fuisteis tú el que me engañó descaradamente al ocultar a tu familia y hacerme creer que estabas soltero; ¿acaso pretendes que siga contigo después de semejante engaño? Él se quedó sin decir nada unos momentos, pero de nuevo insistió: — Solo quiero que sepas que aúne gustas mucho, que no necesitamos publicar que somos novios, pero podemos salir y divertirnos por ahí. —¡ Tú sí que eres caradura!— dijo ella — ¿Sabías que conseguí el número de teléfono de tu esposa? ¿ Qué diría ella si se entera que tú y yo estuvimos saliendo por un año? ¿Crees que se enoje?— dijo con ironía. — ¡No creo que te atrevas a tanto!— exclamó él. Ahora fue ella la que sonrió con satisfacción al decir: — ¡Pruébame y verás, un encuentro más conmigo, y te mostraré de lo que soy capaz Peter Wilcox! ¡Te quiero fuera de mi camino! ¿Entendiste? El hombre dio media vuelta y salió rezongando por lo bajo acerca de Catalina, a la chica le hervía la sangre con aquel encuentro, estaba dispuesta a hacer lo que le había dicho,estaba al borde de su capacidad de aguante. Se refugió en su trabajo, necesitaba concentrarse o se volvería loca con la tensión que sentía en éste momento. A mediodía cuando salió a almorzar y lo vio, allí estaba su jefe, con una bella y espectacular mujer colgada del brazo. Una punzada de celos le invadió el pecho, su estómago se puso rígido y frío, ella había elegido almorzar en aquel lugar, tarde notó que ellos estaban al fondo conversando muy juntos. Cuando él la notó le hizo señas para que se acercara y le dijo: — Señorita Craven, que bueno que la veo fuera de la oficina, quiero aprovechar para presentar a mi novia, mi amor ella es mi asistente una chica muy eficiente en todo. — Hola, soy Sandy, un gusto— dijo la mujer— Gracias querido. Catalina sintió náuseas y se contuvo, solo dijo: — Con permiso voy a almorzar. Sandy en ese momento exclamó diciendo: — ¡Oh no, ven siéntate con nosotros, te invitamos a nuestra mesa. Catalina contrariada por la amabilidad de la chica respondió: — ¡No, por favor! Cómo voy a importunar de esa manera, gracias, pero yo estoy bien, con su permiso. La muchacha se levantó y tomó suavemente a la otra por el brazo insistiendo: —¡No acepto un no por respuesta! Acercó una silla y prácticamente la obligó a sentarse con ellos. Ella no sabía qué hacer, miraba de soslayo a Evan y éste con el rostro serio la miraba con los labios apretados. Sandy llamó al mesero para que la invitada hiciera su petición. Un rato después todos comían, aunque Catalina casi no probaba los alimentos. En eso escuchó la voz de él que le decía: — Usted debería comer más, recuerde que hay un bebé que se desarrolla dentro de su vientre que necesita ser nutrido. Ella lo miró con el ceño fruncido por dar tal información y Sandy saltó de alegría al decir: —¿Estás esperando un bebé? Esa noticia si que es una noticia maravillosa, entonces señorita, ¡usted debe alimentarse bien, vamos cómase todo eso! A Catalina no el quedó más remedio que obedecer a la chica que era bastante persistente, después de ésto, pidió permiso para ir al baño y una vez allí se relajó un poco, nuevamente se dijo: —«No puedo seguir con ésta presión, ahora él está con una novia,lo que demuestra que solo quería sexo conmigo el muy desgraciado». Se arregló un poco y salió, desde lejos los veía hablando muy animados, «hacían bonita pareja» se dijo, siguió caminando hacia donde había estado sentado con ellos solo para despedirse. — ¡Gracias por la comida señorita, Pero debo volver al trabajo. Son esperar a que alguno de ellos dijera algo salió lo más rápido que pudo. Sandy se volvió hacia Evan y le dijo: — Que chica tan extraña, se veía tensa, comió obligada, al parecer tu y ella no se llevan muy bien, ¿por qué la tienes trabajando para tí, si te incomoda? — Está embarazada, necesita el trabajo — fue la respuesta de él. Catalina llegó a su oficina y se inmediato se encerró, unos minutos después redacta una carta, ya tenía una decisión en mente, no podía seguir así, enamorada de un hombre que nunca sería para ella, a pesar de tener un hijo de él en su vientre, se sintió desgraciada. Eran las tres de la tarde, cuando él entró a la oficina y fue directamente a abrir el panel y enfrentarla; empezó diciendo: —¿Qué pretendes con tu actitud de piedra delante de mi novia? Ella hizo un gesto demostrando que no entendía el reclamo y dijo: —¿Perdón? ¿De qué me habla? — No te hagas la tonta Catalina, sabes a lo que me refiero— dijo él tratando la con confianza nuevamente. —¡ No, no lo sé, y soy señorita Craven para usted señor, recuerdelo! Él se dió cuenta y tensó la mandíbula para luego decir: — Sandy se dió cuenta que tú y yo tenemos problemas, me hizo preguntas, por verte tan tensa en la mesa— informó él. — Lo siento, no me esperaba que me invitara para conocer a su novia, mucho menos una invitación a almorzar de parte de ella, no soy muy sociable, señor Bragg, me gusta comer sola, pues siempre he vivido así desde que tengo uso de razón— dijo ella con amargura. —¿Acaso no tienes familia?— preguntó Evan de repente. Ella lo miró desafiante y luego de un tenso silencio, respondió: — No, soy sola, bueno ahora tengo a mi hijo, pero no me gusta tocar ese tema; ¿puedo seguir trabajando, señor? Él incómodo salió del lugar sin decir una palabra.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR