Descontrol

1580 Palabras

Al día siguiente llegué a la oficina, me sentía hecha un lío, esa nota —“No me hagas esperar mucho”— se me había metido bajo la piel como una astilla, y no podía sacarme a Lisandro de la cabeza: su boca devorándome, sus manos apretándome como si fuera suya. Intenté perderme en el trabajo, tecleando correos y revisando reportes como si eso pudiera apagar el calor que me quemaba por dentro, pero era inútil. Cada vez que pasaba cerca de su oficina, sentía sus ojos siguiéndome, aunque no lo mirara, era un lobo acechando, y yo, un ratoncito que no sabía si correr o rendirse. La jornada pasó lenta, pesada, con esa tensión que flotaba en el aire como electricidad antes de una tormenta, cuando el reloj marcó las seis, estaba recogiendo mis cosas para irme, agotada pero aliviada de escapar, cuan

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR