Dalila

1044 Palabras
Trataré de darles un resumen de lo que ha pasado recientemente. Caroline es una mujer muy activa en referencia a lo s****l. Nuestros gustos implican la rudeza, pero también la sutileza. Conozco mejor su cuerpo que ella misma. Siempre estamos dispuestos a complacer al otro y no solamente en el ámbito s****l, sino también en los demás ámbitos. Somos un equipo y lo hemos sido por mucho tiempo. Kadir se fue durante una semana a Escocia para solucionar algunos problemas en nuestra sede que está radicada en ese país. Como vicepresidente de la empresa tuvo que solucionarlo mientras yo solucionaba todo lo relacionado con el nuevo prototipo aquí en Inglaterra. Como dije antes. Caroline ha estado obsesionada con el chocolate principalmente y saber que había una enorme posibilidad de que ella estuviera embarazada de nuestro tercer hijo, me ilusiona y por ello es que he estado regresando a casa más temprano de lo normal. Soy un hombre ocupado. Un hombre con una agenda muy llena, pero en cuanto se trata de mi esposa, no me importa dejar en blanco esa agenda apretada y mandar a todo el mundo a la mierda. Faltaba poco para que Caroline entrará en su época de depresión. Hace unos años escapamos y comenzamos desde cero. Sé que aún extraña a su familia, pero a raíz de lo que había pasado, ella nunca volvió a contactar con ellos. Lo que pasó entonces y el amor que siento por ella es lo que me motiva a continuar planeando mi venganza. Ha hecho que me volviera muy sobreprotector con ella y nuestros hijos. Siempre estoy alerta a todo lo que puede pasar con ella y por ello, los mantengo vigilados. —Hola, cariño —. Me saluda con un chocolate en la boca. —¿Chocolate otra vez? —Está delicioso, ¿quieres un poco? — pregunta extendiendo un trozo de chocolate a mi boca. —No es necesario, puedo probarlo de otra manera. —Pues tendrá que ser luego. Tenemos visitas. —¿Qué visitas? —Algunas amigas. —Kadir vendrá para la cena. —¿Cuándo llegó? —. Sonrío al ver su enojo al escuchar que Kadir ha llegado y no vino a visitarla primero. —Hoy. Tuvo que presentarse a la reunión justo cuando ha aterrizado, procura no matarlo esta noche —, beso sus dulces y tentadores labios. —Debió venir. Siempre viene a saludar primero y de paso para irse contigo. Él ama venir y pasar tiempo con los niños, no me importa que tuvieran esa reunión. Se supone que yo también soy su hermana, así como tú lo eres para él. —Lo sé. Y estoy seguro de que ya debe de estar pensando como recompensarte por su error —. Sus mejillas estaban muy inflamadas por la rabia, parecía un lindo hámster. —Espero que sea un regalo enorme. —Se lo haré saber. ¿Quién nos está visitando? —Dalila. —Kadir va a ponerse furioso cuando venga y la vea. —Será su castigo entonces y no se lo adviertes o dormirás en el sofá, te conozco muy bien Bastián Dumont. — finge regañarme y la beso con fervor hasta dejarla sin respiración. —No lo haré. Odio el sofá. —Estupendo. Su risa. Su rostro. Su cuerpo. Todo lo que la conforma como persona me vuelve loco. No puedo ser más afortunado. Caroline me da la espalda para regresar con Dalila, su mejor amiga y aprovecho que me deja a la vista su redondo y lindo trasero para darle un fuerte azote. Me acerco a ella para susurrarle al oído. —Te deseo más de lo que te imaginas, cariño. Le sujeto la cintura y la presiono contra mi cuerpo para inhalar su olor y para que se diera cuenta de cuanto la deseaba. Se ríe y presiona su trasero con fuerza contra mi pene y vuelve a alejarse moviendo sus caderas de manera provocativa. —Demuéstralo cuando todos se vayan. La sigo hasta que llegamos a la cocina. Dalila estaba vestida de una manera impecable. Su traje blanco y su cabello n***o hacían resaltar sus ojos verdes. No obstante, al mirar a mi esposa, no me parece tan bella. No negaré que Dalila es una mujer hermosa y es muy inteligente, pero es una experta para hacer molestar a Kadir. Caroline tiene pecas en su rostro, no son tan notorias a menos de que uno se acerque a ella. Sus ojos azules, su cabello rojo como el fuego y rostro muy bien definido la hacía brillar. Su cuerpo es más curvilíneo que el de su amiga y era más alta. Su porte más elegante. Para mí era la mujer más hermosa del planeta. Unas horas más tarde suena el timbre de la casa. Me dirijo hasta la puerta para ver que era Kadir. —¿Y dónde está mi cuñada? —Las flores no serán suficiente. —¿Por qué…? — no termina de hablar y al girarme veo que Dalila estaba junto a Caroline cruzada de brazos mirando a Kadir como si fuera la ganadora —. Traidor. Se supone que eres mi hermano. —Yo se lo advertí. Eso te pasa por no venir a ver a tu adorable hermana. —Lo lamento, ¿vale? Pero debes entender que debía de estar en la reunión y resolver los problemas por él — me señala —, no pude venir antes. Lo siento. Te traje flores. Por lo general, soy un hombre posesivo cuando se refiere a mi mujer, pero nunca me ha importado ver como Kadir le da obsequios a mi esposa. Kadir, Caroline y yo, hemos sido una familia. Solo nosotros tres hasta que llegaron los mellizos y dejamos de ser una familia de tres para ser una familia de cinco. Después pasamos a ser una familia de seis cuando Dalila se integró a la familia. Dalila y Kadir intentaron tener una relación, pero no lo consiguieron a causa de los rumos. Los dos son muy orgullosos para reconocer que aún se amaban. Es por ello que no siento celos cuando Kadir le daba flores a mi esposa. Siempre se han tratado como hermanos, aunque Caroline ha ejercido el rol de madre para él en muchas ocasiones.
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