Capitulo cincuenta; "el diablo no negocia, no vale la pena. Jamás va a cambiar" El día paso medianamente tranquilo, las miradas directas e indirectas así como los rumores eran esperados, así que no les di demasiada importancia. No merecían la pena, nadie, ninguno. Ahora caminaba por el enorme jardín de Ntaibo revisando las fotos de mi cámara mientras que en mi mano libre tenía un baso de jugo de piña, Eduardo me había avisado por mensaje que saldrá tarde de su clase puesto tenía que entregar un trabajo pendiente así que no nos veríamos hasta la noche Me detuve sin apartar la mirada de mi cámara, mi pecho dolía un poco al observar la foto mientras estaba indecisa si borrarla o no Llevé la pajita del jugo a mis labios sin apartar mis ojos de la pantalla táctil de la cámara. Suspiré pesa

