|Charlotte|
El corazón me late con fuerza mientras me arrodillo frente a él, y la emoción recorre cada fibra de mi ser. Desde aquel día en que lo vi por primera vez, en esa cocina con el torso desnudo y esos seductores pantalones de algodón colgando tentadoramente de sus caderas bien definidas, un fuego se encendió en mi interior. Un deseo ardiente de deslizar esa tela suave y revelar lo que escondía debajo se apoderó de mí, consumiéndome día tras día.
Ahora, después de semanas de anhelo y fantasías secretas, finalmente estoy aquí, cara a cara con este gran miembr0 el cual fue mi deseo más profundo. Aunque aún no somos nada oficialmente, y que solo somos amantes, en este momento íntimo y cargado de tensión sex.ual, las etiquetas pierden todo significado. Lo único que importa es esta cone
