Miranda quería creer que era una broma de pésimo gusto, lo que acaba de presenciar y que sea sólo para tratar de despistarla.
Ella siguió en su papeleo hasta que recibió una llamada de Alexander
- ¡Hola Miranda! ¿Cómo estás?, No te vi al salir de la casa - dice Alexander alegre
- ¡Hola Alexander! Bien, no porque decidí no desayunar y venir temprano; además como viste ya hice lo que pidieron - responde ella en un tono neutral
- Bueno, te llamó para invitarte a almorzar; ya reservé en el St Regis - dice él, mientras recibe su multitudinarios informes
- Esta bien, aceptó tu invitación ¿A qué hora sería? - pregunta ella terminando de llenar unos papeles
- Son las 11:30, pasáremos por ti; ahora a las 12 - dice él fijándose en su reloj
- Esta bien, sé puntual; hasta luego Alexander
