Estudiosos

1398 Palabras
Se ducharon, bebieron champán en pelotas, hablaron y rieron. Hasta que Carly pensó que ya se habían recuperado, quiso hacer realidad otra de sus fantasías, los colocó uno al lado del otro, se arrodilló en el suelo, y les fue comiendo la polla por tiempos, a uno y al otro. Muchas veces había pensado que se sentiría en ese momento, chupando una polla, a la vez que pajeaba otra, poder chupar y pajear cambiando de polla cuando le diera la gana. Los chicos se pusieron como motos, los tenía a punto de reventar, cuando, les pidió volver a follar como antes, por delante y por detrás a la vez, tuvo un orgasmo muy intenso y quería volver a sentirlo. Por supuesto ellos aceptaron, solo le pidieron cambiar el lugar, que se follara por el coño a Santiago, y que el amigo se la metiera en el culo. Así lo hicieron, Carly se volvió a excitar como pocas veces en su vida, y se volvió a correr sintiendo aquellas dos pollas follándola. Retorciéndose de gusto, jadeando, gimiendo y gritando, ellos se volvieron a vaciar dentro de los condones. Santiago no es que fuera un gran follador, pero el domingo por la noche, cuando llegó a su casa Carly, tenía el agujero del coño y el del culo, irritados de tanto metérsela Santiago por donde quiso, bueno, Santiago y un amigo suyo que le ayudó en algún momento. El lunes, cuando Sabrina llegó a la universidad, vio por primera vez a Carly que estaba con el grupo de Santiago, hablaba y reía con ellos. Eso le produjo mucha rabia, le fastidiaba que Carly estuviera tan contenta y pasando de todo, cuando Daniel y ella se estaban preocupando tanto. Intentó acercarse para hablar con ella, no pudo, cuando la vio Carly se agarró al brazo de Santiago y se metieron en la facultad, en clase la tenían protegida, rodeada de amigos que no dejaban que ella se acercara. Sabrina se entristeció una vez más, no podía entender como Carly podía haber cambiado tanto, esa no era la Carly que ella conocía ¿Qué había pasado? Pensaba Sabrina continuamente. Estaba a punto de entrar ella a la clase cuando la paró Carlos. —¿Estás bien?— Le preguntó con educación, Sabrina le miró a los ojos con tristeza. —No, no estoy bien Carlos. —¿Quieres que vayamos a tomar algo? Ya le pediremos los apuntes de esta mañana a algún compañero. Ella se lo confirmó con la cabeza, después del fin de semana tan duro con Daniel solo le faltaba aquella falta de tacto de Carly. Fueron a la cafetería, Carlos la invitó a un café y se sentaron en una mesa. Sabrina le explicó todo lo que le ocurría con Carly, como había dejado al novio de hacía mucho tiempo, todo por estar con Santiago. —Ya os avisamos, Mercedes te lo dijo, Santiago es un tío raro, bueno, es un cabrón. Yo hace mucho tiempo que no salgo con él, nos vemos aquí y poco más. —¿Qué le pasa a este tío? ¿Por qué es tan raro?— Preguntaba Sabrina intentando comprender alguna cosa. —Es raro con las chicas, como mucho a salido dos semanas con una, no le duran nada. Tiene unos gustos muy raros. —Me estás asustando Carlos ¿Qué es eso de gustos raros? Carlos bebía mientras pensaba, buscaba la manera de decírselo sin alarmarla. —Santiago… con las chicas… y más siendo como Carly… —¿Siendo como Carly? Quieres decir que es una choni, como yo. —No, tú no eres una choni e Carly tampoco ¡Ay! Déjame explicarme mujer. Santiago busca chicas como vosotras para aprovecharse, seguramente habrá estado encantador con ella algunos días, le habrá regalado algo, después le pedirá hacer algún trió, o que se deje follar por otro amigo, o que se folle a toda la pandilla, cosas así. —No, con Carly no le funcionara eso. —Sabrina, él sabe cómo hacerlo, las lleva a su casa, una casa que tiene para él solo, porque sus padres nunca están, les hace ver lo bien que vive y de alguna manera ellas se piensan que estando con él podrán vivir así, muchas acaban haciendo todo lo que les pide, hasta que se aburre y se olvida de ellas, ese es el peligro que corre Carly. Ahora se ríe y está muy a gusto con esa gente, de aquí poco la dejaran de lado, se reirán de ella y la dejaran tirada. Sabrina pensaba, cuadraba de alguna manera la actitud de Carly, dejar de hablarle, comportarse tan mal con Daniel, era como si quisiera olvidarse de su anterior vida y empezar una nueva. Tal como pensaba, su amiga se iba a pegar una buena hostia. —¿Estás mejor?— Le preguntaba Carlos. —Cómo voy a estar mejor después de lo que me has dicho.— Respondía preocupada Sabrina. —Sé que es difícil para ti, pero Carly es mayor de edad, hace lo que quiere hacer, yo la veo con mucho carácter, no creo que la estén obligando. Carlos estiró un brazo por encima de la mesa, agarró con suavidad la mano de Sabrina, ella levantó la vista mirándole a los ojos. Separó la mano, bajando de nuevo la mirada. —¿Qué haces Carlos?— Sabrina lanzó la pregunta, sabiendo perfectamente la respuesta. —Sabrina por favor, sabes de sobras lo que siento por ti. —¿Qué sientes por mí? ¿Lo mismo que Santiago por Carly? —No seas injusta conmigo por favor, yo no soy como ese tío. —Mira Carlos, pertenecemos a mundos diferentes, no tenemos nada que ver uno con el otro, sé que es muy típico, pero el aceite no se mezcla con el agua. Sabrina se levantó de la mesa. —Por favor, dame una oportunidad, conóceme antes de opinar. —Ya te conozco.— Decía una triste Sabrina sin demasiado entusiasmo. —No, no me conoces, por favor, déjame seguir hablando contigo, así me irás conociendo, cuando haga algo que no te guste dímelo por favor. —No vale la pena Carlos. —No sabes si vale la pena, ves algo en mí que no te guste, tienes un motivo para alejarte de mí. —Te parece poco la diferencia social, curiosamente tu padre es un gran arquitecto, y el mío… el mío es un simple obrero de la construcción. —Yo me cago en las diferencias sociales Sabrina, no dejes de hablar conmigo por eso. —Tú te cagas ¿Y tú familia? También se caga en eso, son todos tan comprensivos como tú. —Ya sé como es mi hermana, pero creo que después de que la dejaras presentar el proyecto… —Sí, sí, me prometió que ya no nos llamaría ‘chonis’… A Sabrina se le escapaba una risilla irónica pensando en Mercedes. Se puso las manos tapándose la cara, había ido a la cafetería preocupada por Carly, ahora, además de seguir preocupada, tenía delante al chico más guapo, al chico más inaccesible para ella diciéndole que estaba enamorado ¿Cómo iba ella a encajar con él? Imposible. —Está bien, me has pedido que no deje de hablar contigo, pues vale, no dejaré de hablarte, pero por favor, para de decirme que quieres tener una relación conmigo. Se hizo un silencio, Carlos se relajaba, hubo un momento que pensó que Sabrina se alejaría de él, que no tendría ninguna posibilidad con ella, por suerte, pudo recuperar que no dejara de hablar con él. Sabrina, seguía preocupada por su amiga, a la vez, intentaba olvidarse de las palabras de Carlos, seguiría hablando con él de vez en cuando y listo. —¿Estás mejor?—Volvió a preguntarle Carlos. —Sí, algo mejor.— Respondió Sabrina sin demasiado entusiasmo. —Vamos a dar un paseo. —Carlos por favor, que cansino eres tío. Carlos se moría de risa, se levantó de la mesa. —Venga vamos, te tiene que dar un poco el aire, tienes que despejarte y aquí dentro no lo harás. Sabrina se levantó y le siguió hasta el exterior, caminaron un buen rato. Le fue dando conversación, cuando acabó la mañana, curiosamente, como le dijo Carlos, Sabrina estaba mejor. Se despidió de él educadamente y se fue a casa, tenía que trabajar en el nuevo proyecto.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR