DEBBY La lengua de Rupert Jones está invadiendo mi boca. Maldición, no, esto no está pasando. No solo me ha desnudado a la fuerza, sino que ahora me tiene acorralada entre sus brazos. Es enfermo, retorcido; él está casado con mi prima, lo recuerdo, pero cuando su mano se enreda en mi cabello, tirando de él para pasar su atención a mi cuello, mi mente se pone en blanco. Soy incapaz de pensar en una salida. Respiro hondo. Lo peor es que mi cuerpo reacciona ante el suyo, ante sus caricias y voz, como si de verdad yo le perteneciera, cosa que no puede estar más lejos de la realidad. De pronto, levanta mi mentón; la oscuridad de su mirada verde me congela. Veo mi propio reflejo en el salvajismo de sus pupilas. —Saca la lengua —demanda. —No. —Hazlo. Trago grueso, hago lo que me pide.

