Capítulo 1. Club.

1741 Palabras
Capítulo 1 SOFÍA. Llego al club con mis amigas Ana, Estela y Flor; nos dirigimos a una mesa que reservamos en la zona media del club. La vista es espectacular, no esperaba que fuera tan genial estar aquí. Siempre me he rehusado a venir a este tipo de lugares porque pienso que son una zona de grandes problemas. Pedimos los tragos a un camarero que mientras toma la orden observaba fijamente a Flor de forma coqueta, Flor reacciona a su contacto visual de inmediato, el chico se va y en minutos regresa con las bebidas, tomo mi piña colada, ya que no estoy acostumbrada a los altos consumos del alcohol y quiero ir despacio Estela se levanta de la silla para bailar llamando la atención de un joven sentado frente a nosotras con sus amigos quienes no envían tragos a la mesa mientras se acercan a nosotras para emparejar, yo me hago en mi asiento escuchando la música mientras tomo mi bebida, estoy observado el lugar y puedo notar a un joven desde la plata alta, imagino que es la zona vip sus ojos fijos en mí hacen que me sienta un poco incómoda. Esos ojos penetrantes invadiendo mi cuerpo que reacciona a su contacto visual; trato de ignorarlo para enfocarme en disfrutar. Volteo y noto a otro chico acercarse a mí. Me ofrece un trago mientras se sienta a platicar. Puedo verlo tomar mi mano llevándome a la pista de baile. Minutos después estoy tan cansada que quiero tomar algo frío. El chico me trae una bebida con vodka a la que me niego a aceptar, pero mi amiga Ana insiste en que la pruebe. Dejándome llevar por mi amiga, la tomo y sigo bailando. Dadas las 12 AM, me dirijo a la planta alta, ya que los baños de mi planta están hechos un lío con las colas; ya no puedo esperar. Subo las escaleras a toda prisa, chocando con un joven catire de hermosos ojos azules de 180 cm de alto, guapo, muy fornido, como esculpido por Dios, el cual me enfoca una mirada penetrante que no puedo resistir. Lo observo fijamente por unos segundos; hasta que él corta el momento. —Disculpa —me dice tomando mi mano y la besa. —No te preocupes, la culpa es mía, no vi el camino —le digo con la sangre subiendo a mis mejillas. — Soy Daniel Johnson, es un placer conocerte, ¿señorita? — Hace una pausa para que yo continúe. —Mi nombre es Sofía Flore, un gusto en conocerte. —Él me sonríe con su dentadura perfecta, aún con esa mirada penetrante. —Es un placer, Sofía. — Disculpa, pero debo irme — le digo a punto de explotar. —Entiendo, que pases feliz noche. —Me dice, tomando mi mano y apretándola, donde su tacto ocasiona un impacto en mi cuerpo, erizando cada parte de mí. Me suelto de su agarre lentamente; mientras me alejo a los baños, puedo sentir su mirada aún en mí. Es realmente guapo y su mirada tiene el poder de hipnotizarme por completo. Al salir, trato de buscarlo, pero no lo vuelvo a ver. Me integro de nuevo con las chicas sin poder sacarme su rostro de mi mente, cuando caigo en cuenta de que es la misma persona de hace horas que me observa desde la zona VIP. Salgo de mis pensamientos y Estela toma de mi mano, llevándome a la pista de baile; los chicos que aún siguen con nosotras nos invitan más tragos de ese rico vodka. Horas después. Me siento tan mareada. La noche se ha vuelto nublada, un escalofrío recorre mi cuerpo volviendo a mí las ganas de ir al baño. Sin perder tiempo subo las escaleras donde se puede observar el hermoso cielo con la luna brillando desde una enorme ventana de vidrio donde la neblina se apodera del cielo. Siento tantas náuseas que me empiezo a sentir muy mal. Lavo mi cara y salgo para volver con las chicas e informarles que me quiero ir. Cuando salgo, siento mareos, perdiendo el equilibrio; siento como pierdo el conocimiento y me desvanezco. ***** Daniel ***** Después de nuestro encuentro no puedo sacarla de mi mente; necesito volver a verla. Salgo de mi oficina cuando la noto ir al baño, la observo de lejos mientras camina sin notar mi presencia. Me acerco para hablarle y noto que se desvanece. Corro para sostenerla entre mis brazos; la sujeto tan fuerte mientras la cargo para llevarla a mi habitación privada. Ya estando en la habitación, la acuesto en mi cama mientras busco en el baño el botiquín de primeros auxilios para sacar el alcohol y un algodón. Le informo a mi personal que avise a sus amigos que se fue y está bien. Colocándolo en su nariz, noto que va cobrando el conocimiento. Verla tan cerca hace que desee tenerla siempre junto a mí: sus bellos ojos verdes, su piel morena que brilla a la luz de la luna, sus hermosos labios rojos que provocan besarlos y no soltarla nunca. Puedo verla abrir sus ojos, deteniendo su mirada en los míos. —¿Qué me pasó? ¿Dónde estoy? —me dice mientras toca su frente. —Te desmayaste y yo te traje a mi habitación para ayudarte. —¿Sigo en el club? —Sí, estás en mi club —le digo observándola mientras intenta levantarse. —Disculpa, pero debo irme, no debo estar aquí, mis amigas se van a preguntar dónde estoy y se preocuparán. —Tranquila, ya les informé lo que sucedió, no pasa nada; descansa. —Me siento mareada, ¿tal vez me pueda quedar un rato? Es que no quiero molestar. ***** SOFÍA ***** Siento mareos y no puedo ponerme en pie; noto como él se queda viéndome fijamente como cuando estaba detrás de esos vidrios. Se acerca a mí, sosteniéndome mientras me ayuda a sentarme. Lo siento tan cerca que el olor de su perfume invade mis fosas nasales. Una conexión inexplicable recorre mi cuerpo; siento la necesidad de tocar su rostro, confirmar que realmente es real, acariciando su cabello y puedo verlo mirarme fijamente. Se acerca, besando mis labios, a lo que yo le correspondo sin pensarlo; me sostiene entre sus brazos acariciando los muslos de mis piernas. —¿Quieres que me detenga? —pregunta dejando de tocarme; mi cuerpo siente el vacío de la ausencia que dejan sus caricias. —¿Daniel? —¿Sí? —Sigue. —¿Estás segura? —Hazme tuya, Daniel —digo con un deseo que se apodera de mí. Me toma del vestido quitándolo y cuando estoy sobre la cama en ropa interior, se acerca para quitar mis bragas, dejando libre mi feminidad a la que aún ningún hombre ha podido tocar y me estremezco con sus besos mojados, que va dejando mientras recorre el camino a mi sexo. Al estar ahí, introduce toda su lengua haciéndome explotar de placer; sin ganas de detenerlo, permito que me levante de la cama llevándome directo a la pared sin dejar de saborear mi feminidad, haciendo que esté completamente excitada. Me acuesta sobre el mueble que está en su habitación; desabrochando mi sostén, deja en descubierto mis senos, los cuales toma con su lengua, saboreando un poco más de mí, dejándome más que excitada. Se levanta para desvestirse, dejándome ver todo su esbelto cuerpo. Introduzco su m*****o en mi boca para darle placer de la misma forma en la que él lo hizo conmigo. Él toma el control debido a que nota mi falta de experiencia; me ayuda moviendo mi cabeza de manera que le dé más placer, me sube a la cama lista para introducir su sexo en mí cuando siento un dolor profundo. Era como sentir que invaden tu cuerpo de forma que sientes dolor y placer a la vez. Él, al darse cuenta de mi frustrado rostro, sale cuidadosamente de mí para observar el porqué de mi reacción. Me mira fijamente al notar la sangre que cubre su m*****o y las sábanas de la cama. —¿Eres virgen? ¿Cómo es posible? —Me mira extrañado. —Esperaba encontrar a alguien a quien de verdad amara para darle algo tan valioso; nunca pensé que sería contigo. En este momento ya no puedo detenerme porque tú has descubierto en mí un deseo que no pensaba sentir nunca. Hazme tuya solo esta noche, Daniel. —Escuchar eso es increíble, me siento afortunado de ser yo quien disfrute de este momento; no te vas a arrepentir. Se acerca tomando de mi cintura para acercarme más a él, me carga sobre su regazo, toma de mi cabello jalando de forma que me voy excitando con cada toque suyo, toma mi trasero masajeando suavemente, se introduce poco a poco en mí, donde siento un dolor pulsante de mi sexo, pero poco a poco se va acomodando dentro de mí. Me toma de los labios en un profundo y excitante beso mientras se vuelve a introducir en mí, con un movimiento suave que hace que ya no sienta tanto dolor. Luego aumenta sus embestidas, haciéndome sentir placer mientras sus gemidos y los míos se unen en un canto glorioso. Me hace gritar al llegar a mi primer orgasmo; me giro para mirar su reacción mientras sigue arremetiendo contra mi feminidad. Media hora más tarde, entre caricias y besos, me envuelve en otro orgasmo que nos une, dejándonos totalmente cansados sobre la cama. Él se acerca a mí, abrazándome mientras me quedo dormida sobre su pecho. *****DANIEL***** Ella está hermosa; su inocencia hace que quiera tenerla siempre conmigo. Me dio un regalo precioso y espero poder volver a disfrutar de ella. No quiero que otro hombre la tenga; la quiero solo para mí. Con la necesidad de tenerla conmigo, siento la necesidad de saber más de ella. Hago una llamada a mi investigador para que averigüe todo sobre ella. —Necesito saber todo de esta chica. Quiero saber dónde vive, si tiene pareja y a qué se dedica. ¿Me entiendes? Quiero saber todo con detalles. —Sí, señor, en cuanto tenga la información se la haré llegar; para ello necesito la foto de la chica. —Búscala en las grabaciones del club; ya te envié la información de su identidad, pero Felipe necesitó que sea pronto. —Sí, señor. La observó sobre la cama dormida y me acerco, besando su espalda mientras me acomodo a su lado.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR