LA SUERTE VOLVIO A FLORECER PARA NICOL

1629 Palabras
❧NICOL☙ Me levanto con calma, y no hay ninguna parte que me atormente de mi cuerpo. Abrí mis ojos, estoy en mi casa renovada y es asombroso despertar y contemplar mi dormitorio transformado. Me levanto y me agarro de la orilla de la cama con el fin de amortiguar el dolor que experimento. Ese hombre es un animal, al principio fue un desgraciado, por más que le suplique de que no lo hiciera, él no me dejó ir. Lo hecho, hecho está, ahora tengo que seguir con mi vida y mirar la manera de pagarle todo. Entro a la cocina realmente ahora vivo como una persona normal, mi casa está restaurada, abro la alacena y hay comida suficiente, me preparo comida, tengo mucha hambre, me siento en el nuevo juego de comedor, se siente bien. Medito que giro va a tomar mi vida ahora, siento gran presión ahora que le debo dinero a ese hombre. En eso mi celular suena, lo cojo para observar de quién se trata, es de la universidad. —Halo, con la señorita Nicol Bustamante. —Sí. ¿Quién es? —Se podría presentar a la universidad, nos gustaría hablar con usted. — Bueno, yo dejé la universidad, no voy a regresar por los momentos, no tengo solvencia económica. —Le conviene presentarse, son buenas noticias, tenemos una beca disponible para usted. —¡Que ha dicho! Ahorita mismo voy en camino. Me alisté con rapidez, será posible que voy a seguir estudiando, eso me abrirá más posibilidades de encontrar un buen trabajo decente. Salgo de la casa con una alegría, desde donde queda mi casa hasta la universidad no es tan lejos, apresure mis pasos para llegar. Mi felicidad se desborda de mi interior. —Buenas, el rector me está espera. —La señorita Bustamante. —Sí. —¡Por favor pase! Mis nervios están a flor de piel, le doy vuelta al picaporte de la puerta al abrir, aquella fragancia a limpio. Nunca había entrado a esta oficina, en realidad ni conozco al rector de esta universidad, en eso escucho una voz ronca expresándome que entre. —Buenas, soy la alumna que mando a llamar. —Señorita Bustamante, ¡Siéntese por favor! —Gracias. —El motivo de llamarle es que fue elegida para una beca completa, hasta completar sus estudios universitarios. —Que es lo que yo debo hacer para obtenerla. —Llene el formulario, eso es todo lo que tiene que hacer —Muchas gracias, prometo ponerle mucho empeño a las materias. —Eso esperamos, entre más elevada sean sus notas, es mejor. Nos dimos la mano y me alegré mucho. Llegué a la secretaria con una sonrisa. Ella me dio un kit de útiles, incluyendo los libros, que son carísimos. Me despedí con una enorme sonrisa. Regreso a casa, abro el kit y me quedé asombrada, los libros de todas las materias, me sentí tan alegre porque no voy a tener que andar sacando copias. Me siento en la mesa del comedor nueva, ese hombre equipo y remodelo mi casa mientras estuve en la clínica. No quiero saber cuánto le costó hacer eso. Mis ojos se abrieron como platos, ya que entre de los libros va una caja, es una mini laptop totalmente nueva con sus accesorios. De inmediato la enciendo, es rápida de RAM, verifico que tenga wifi, ósea que tengo wifi en mi casa, ese hombre que pretende, quiere que trabaje como mula para que le pague hasta eso. Aprovecho hacer mi hoja de vida, la envió a mi correo y me voy a un café internet, para sacar varias copias, me sorprendo ver un mensaje nuevo en mi correo, es una publicidad de una empresa que está reclutando nuevo personal, de inmediato mando mi hoja de vida digital. Estoy tan contenta por todo lo bueno que me está pasando, voy de regreso a casa, compre el periódico, sé que estoy gastando mis ahorros, pero ahora los vale, tengo que encontrar empleo lo más pronto posible, donde me salga, enviaré hojas de vidas a todas las empresas existentes. Al entrar a mi renovado hogar, me siento en el comedor a buscar empleo en el periódico, tengo un lápiz a mano para ir marcando y tomar nota de las direcciones. Tache dos que llamaron mi atención. Me baño para ir a la cama después de haber cenado como Dios manda. Ahora tengo a elegir para hacer comida, de ese hombre no he sabido, ni ha llegado, suspiro de alivio, cierro bien las puertas, quiero dormirme temprano para agarrar con energías el día siguiente y correr con la misma suerte para encontrar empleo. Doy vueltas en la cama, al recordar cómo él me tomó, no lo puedo creer, los recuerdos vienen a mi mente, de todo lo que me hizo. Katrina, será mejor que nunca regreses, si ese hombre te encuentra no sé de qué será capaz de hacerte. Mi celular suena por una notificación de mensaje, ya casi el sueño me vence, cuando miro que es de ella, mi desconsiderada amiga me escribió. «Hola, querida. Estás a gusto en mi apartamento» Katrina, por fin tienes el cinismo de escribirme, de inmediato marco el número. —Hola, querida. —¿Dónde demonios, estás? —Que te puedo decir, no tengo lugar fijo, estoy conociendo muchos lugares hermosos y ¿a ti como te va? —Mal, muy mal, el tipo que dejaste, es el dueño del apartamento, está enojado por lo que le hiciste. Te acusa de robo. —¡¡Que!!, ¿Te hizo algo ese desgraciado? —un nudo en mi garganta se instaló que no me deja hablar— Nicol, Nicol, estás ahí, amiga. —Sí, aquí estoy. —Amiga, ¿qué te hizo ese desgraciado? —Olvídalo, ¿Cuándo regresas? —¿Estás aún en el apartamento? —No, regrese a mi casa. —Es lo mejor. Pues no lo sé aún, este hombre es maravilloso, tenemos mucho en común, me trata como una delicada flor, estoy muy feliz amiga, a ese tipo no le hagas caso, tiene que superarme. No pude seguir hablando con ella, así que corte la llamada, ahora entiendo a ese hombre y su enojo, no sé por qué Katrina es tan desvergonzada, sabiendo que ese hombre quedaría frustrado y enojado, me deja en el apartamento que le pertenece a él. Ahora me enfocaré en los estudios y buscar empleo. Estoy por quedarme dormida y el celular vuelve a sonar, es otro mensaje. Lo tomo de mala gana pensando que es ella, en eso veo el nombre del remitente, lo abro de inmediato, porque es un correo electrónico, ojeo lo que hace tiempo quería leer, es una entrevista de trabajo. La solicitud que envía temprano me la respondieron, mi corazón se acelera de felicidad, brinco como loca en la cama, por fin tengo una entrevista de trabajo, me piden que me presente en la mañana a las ocho, ahora sí tengo que dormirme, no quiero llegar tarde. A la mañana siguiente, escucho la alarma del celular sonar, me despierto asustada, suponiendo que todo lo bueno de ayer haya sido un sueño, pero al contemplar la laptop en la mesita y la casa renovada, sonrió porque todo es realidad, me levanto emocionada, busco algo presentable que ponerme, hay ropa nueva en mi closet. Elijo una falda tuvo azul marino y su respectiva chaqueta, una blusa blanca de centro, me ducho con agua tibia aprovechando los lujos que ahora mi casa posee. Toda marcha bien, miró la dirección, nuevamente, es algo lejos, decido tomar un taxi, le doy la dirección y de inmediato y me lleva ahí, al estar frente a un gran edificio de algunos ocho pisos, desciendo del taxi pagándole la carrera al taxista. Trago saliva, me recompongo el vestuario, paso mi mano por mi cabello que va en una coleta alta. Entro por la puerta giratoria, es inmenso, me dirijo a la recepción. —Buenas, señorita, venía a una entrevista de trabajo. —Déjeme checar. —ella mira en su computador— La señorita Bustamante. —Sí, esa soy yo. —Tercer piso, oficina cinco, suba por el ascensor. —Muchas gracias. —me siento chiquita en este sitio, entro al ascensor y presionó el tres, al abrirse las puertas del ascensor, mi nerviosismo crece, camino por el pasillo, con las rodillas temblando, busco la oficina cinco, toco dos veces una mujer abre la puerta, me invita a sentarme. —Bienvenida. —es todo un protocolo de la empresa, para hacerme tres preguntas, que las conteste sin ningún problema. Se levanta y me expresa que espere. Estoy observando cada detalle de la oficina, a los minutos entra de nuevo— Señorita, sígame. Camino detrás de ella, hasta la última oficina de doble puerta, me imagino que ahí está el jefe de todos aquí. Ella me indica que entre, cuando abre la puerta, la oficina es grande, tiene dos escritorios extra aparte del grande que está al fondo, de la silla únicamente veo el respaldar. Mis manos están sudando, siento que me da algo, la mujer se marcha dejándome parada en medio de la oficina. —Buenos días, mi nombre es Nicol Bustamante, vine por el empleo. —pareciera que no le hablo a nadie, la silla es grande, que no logro contemplar si hay alguien sentado, lo único que logro mirara es el humo, de lo que está fumando. —Buenos días y bienvenida a mi empresa. —esa voz, me pone los pelos de punta, eso no es nada cuando gira la silla. Mis ojos se abren a más no poder, trago grueso al sentir lo espesa de mi saliva, la impresión es grande, estoy en graves problemas. Tan mala es mi suerte que vine a dar precisamente aquí.
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