Cuatro largas semanas transcurrieron desde que Sam estaba en la mansión del señor David, Dorotea se había encargado de darle prácticamente todas sus tareas de limpieza, incluyendo las de su esposo John. Ahora la mujer se hacía cargo de la cocina, y el recibo de la enorme vivienda, mientras que su esposo John se encargaba del jardín principal. Dorotea levantaba a Sam a las 5:00 am, para que comenzara con su trabajo, acostándose completamente molido pasadas las 10 de la noche. Así fueron sus días, nunca en su vida había trabajado tanto, David a veces lo observaba y Sam no entendía por qué lo hacía. Los fines de semana, Dorotea y su esposo retornaban a su hogar y Sam se quedaba completamente solo en esa enorme casa, prácticamente no tenía mucho que hacer porque todo rechinaba de limpio, a

