Manolo se acercó a Amelie para frotar cariñosamente su espalda —lamento no haberte ayudado, pero Nora no me hubiera hecho caso Amelie, te estimo mucho y tampoco estoy de acuerdo con que te vayas, con quien hablaré si no es contigo. Amelie miró a Manolo, tenía los ojos llorosos. —No me iré… —al hombre le sorprendió la respuesta de ella, pero comprendía lo que estaba sintiendo, no tenía a nadie más que él que la apoyará pues ya Nora le había dado la espalda, por que en realidad el intuía que no sólo era por que quisiera protegerla si no para poder hacer y deshacer cómodamente sin sentir la mirada de su hija juzgándola. Así era Nora. —Nora se dará cuenta si no abordas ese avión como te lo ordenó… —espetó con seriedad. Amelie lo miró pensativa, estaba convencida de esta vez no hacer lo

