La pareja de recién casados se encontraba descansando sobre una hamaca en una playa paradisiaca del caribe. Izan acariciaba con suavidad la espalda de Amelie quien recargaba su cuerpo sobre él y mantenía una pierna arriba de la suya, mientras dormía. Miraba hacía un punto perdido en el horizonte, nunca había tenido tanta paz en su vida como la tenía ahora que estaba con Amelie. La amaba, de eso no tenía duda. Luchaba por desechar el pensamiento de su cabeza de que Nora no los dejaría ser feliz tan fácilmente. Izan sabía que Amelie era muy inocente, a pesar de saber la verdad sobre su madre, si esta le rogaba ella la perdonaría, en su corazón no había maldad, y eso era algo que le preocupaba enormemente.
Amelie abrió un poco los ojos, aún adormilada depositó un besito en el cuello de su e
