La tía Victoria entró al living, llevaba una sonrisa en el rostro. —Ya he llamado a un juez, es amigo de Emmet, me hará el favor de venir en un par de horas por lo que debemos estar preparados. Amelie entrecerró la cejas. Estaba de pie junto a Izan y la abuela. —Esperaremos a que llegue… —esbozó. Victoria negó. —Amelie, este es el día más importante de tu vida, ¿no pensarán casarse con el atuendo que llevan puesto ahora o sí? Amelie miró a su ahora prometido, Izan sonrió encogiéndose de hombros. —He traído varios trajes, puedo ir por uno al hotel. —Eso estaría muy bien, en cuánto a Amelie, deberíamos salir cuánto antes a comprar un vestido, por la avenida hay varias boutiques de vestidos de boda, encontraremos alguno que te guste. Amelie frunció el ceño. —Pero tía, ¿en dos

